En octubre pasado, España entró a formar parte, por segunda vez en su historia, del Consejo de DDHH de Naciones Unidas para el periodo 2018-2020, gracias al apoyo de 180 países. En este mes de mayo ha subido un escalón en cuanto a responsabilidad en este órgano al ser elegida para ocupar una de las cuatro vicepresidencias, en sustitución de Alemania.

España detentará la vicepresidencia correspondiente al grupo regional de Países Occidentales y Otros, que ha dejado vacante Alemania, hasta finales de año. La candidatura española fue avalada por unanimidad en el seno de su grupo regional y fue aprobada por aclamación en la sesión del Consejo de Derechos Humanos. Con sede en Ginebra y compuesto por 47 estados, es el organismo intergubernamental de la ONU que tiene encomendadas la promoción y protección de los derechos humanos. Es un foro político que entre otras funciones, celebra debates sobre cuestiones temáticas y geográficas de derechos humanos y adopta resoluciones en la materia.

Así por ejemplo en el pasado mes de mayo, entre las áreas examinadas estuvieron las denuncias por el deterioro de los derechos humanos en el Territorio Palestino ocupado o la situación en Cuba y Colombia. No hay que confundir al Consejo de DDHH con el Comité de DDHH de la ONU que es un órgano convencional formado por expertos independientes que vigila el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos por los Estados que lo han ratificado. Este último, y no el Consejo, es por ejemplo el que examinará las denuncias de Carles Puigdemont de que España violó sus derechos políticos.

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