Juega en el AS Monaco aunque es originario de Arbucies, (Girona) y sus padres son inmigrantes senegaleses. Y cuando se enteró de la grave situación en la que se encuentran 200 temporeros que trabajan en los campos leridanos y duermen en la calle, Keita Baldé se ofreció a costearles la estancia en hoteles de la ciudad. Pero se ha visto obligado a anunciar que ha tenido que alquilar un edificio y está buscando otro para alojarles a todos ante la negativa de los hoteleros a aceptar a los inmigrantes en sus establecimientos.

«No estoy aquí para emprender una guerra social o de raza o de colores», ha explicado Keita Baldé en Instagram en los que desveló el caso, pero añade: «Nadie merece esa indiferencia y esa dificultad en su propia vida, y es una cosa muy fea. Yo quería encargarme de estos doscientos temporeros anónimamente, pero he tenido que salir a la luz para poder conseguir algún sitio donde meterlos».

El futbolista ha explicado que quiere sensibilizar a la opinión pública de la situación en la que se encuentran doscientos temporeros, la mayoría senegaleses, en Lleida al no tener un lugar donde dormir, ni apenas comida. Baldé, junto con activistas de la plataforma Fruita amb Justicia Social, se han movilizado para ayudarles. Pero según ha explicado Nogay Ndiaye, una de las activistas, y recogen medios como ElDiario.es y Publico, la mayoría de hoteles, hostales y otros alojamientos de Lleida les han cerrado las puertas a pesar de que el futbolista se ofreció a pagar la estancia por adelantado.

Por ello se han visto obligados a recurrir al alquiler de un edificio deshabitado de tres plantas del barrio de la Mariola, para alojar a unos sesenta de ellos y están buscando otros para el resto de los temporeros. Resaltan que han recibido ofrecimientos de algunos alojamientos de las afueras de la ciudad como el Hotel Reina Isabel o la Manresana de Juneda, pero la falta de vehículos propios de los inmigrantes que recogen la fruta complica esta posibilidad.

«El tema de los colores y de los países tiene que perderse ya y no ser un problema. Soy un chico que ha nacido en Cataluña, luego cambié de país y me fui a Italia. Ahora estoy en Francia», ha insistido el futbolista. «Lo más importante es el hogar. Espero que nos faciliten las cosas. Estoy de responsable para poderles ayudar». Baldé no solo ha pagado el alquiler del edificio, que se está terminando de acondicionar, sino que también ha enviado dinero para la comida de los temporeros y está poniendo su nombre como garantía.

La historia ha provocado que se acuse de racismo soterrado a los hoteles y a la sociedad de Lleida. Keita Baldé ha intentado ser conciliador y ha asegurado «yo no he tenido ningún problema de pequeño por mi raza, ni he sido insultado», pero ha señalado: «Si solo una persona está ayudando a 200 jornaleros con comida, un hogar y ropa, imaginad qué podríamos crear y qué podríamos dar a los ciudadanos si nos juntáramos cinco».

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