Tras los ensayos del pasado mes de diciembre, dirigidos por la insigne batuta de W., en los próximos días los ciudadanos del mundo vamos a asistir finalmente al estreno mundial de una Opera que promete ser un auténtico clásico de todos los tiempos: G-veintitantos.

Además, contamos con el aliciente de la puesta de largo del nuevo maestro Barak Hussein Obama. Incluso, nuestros líderes locales tienen un papel, que aunque no de protagonista principal, sí jugamos de secundario relevante.

La representación tendrá de todo para ser una auténtica tragedia griega: Estados en bancarota, nacionalización de Bancosciudadanos asustados, hambrunas y matanzas, guerras injustas, romances de cine, líderes épicos, villanos históricos, traidores y estafadores… Todo ello en riguroso estreno, con las reticencias que muchos tienen con las Operas modernas, que pueden ser bastante tremendas respecto las melodias históricas, pero sin duda obtienen contenidos de una dimensión social muy interesantes.

La Opera tiende a ser género elitista, y quizás quede algo lejos de las mayorías, pero no nos quepa duda vamos a ser todos figurantes de esta espectacular puesta en escena para un no menos espectacular contenido: el fin de un paradigma.

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