Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Es 20 N. Han pasado treinta y dos años y ocurre algo asombroso. Hace quince años, el 20 N era un vago recuerdo, habían pasado más de tres lustros. El franquismo era ya tabarra de cuarentones. Hoy, sin embargo, anda revoloteando por nuestra actualidad. El franquismo nos parece más reciente que, por ejemplo, cuando se inauguró la Expo de Sevilla o se celebraron los Juegos Olímpicos de Barcelona. ¿Por qué?, ¿qué ha pasado?.

 Alguien dirá que es culpa de la Ley de Memoria Histórica, que ha vuelto a convocar los viejos fantasmas. Pero no es cierto. El fantasma se manifestó antes, en la segunda legislatura de Aznar. Perdidos los complejos, se rompieron los fugaces idilios con Azaña, Lorca o Max Aub, y salieron de las catacumbas los conceptos que habían estado escondidos.

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Los veteranos reconocimos enseguida aquella retórica roñosa que nos había acompañado en vida del dictador: El 18 de julio como respuesta al golpe del treinta y cuatro en Asturias, de nuevo Paracuellos, el caudillo como modernizador; España una, grande y libre. Brotaron pseudo historiadores de conveniencia, épicos de distinta ralea. Y nuevos purpurados, de acendrado patriotismo. Y, aprovechando que nos había amantequillado la prosperidad, y estábamos en Babia, se lanzaron sobre lo que creíamos consolidado. Y se apoderaron del Partido Popular, donde ya se daban por bien acomodados el centrismo y la modernidad. Y ahí anda el PP, en plena pelea, tratando de zafarse de lo que le maniata. El resultado de esa pelea es decisivo para ese partido y para España.»

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