Javier Pedreira, conocido como «Wicho», del  blog Microsiervos se queja de que pese a que el Parlamento Europeo ha rechazado la creación de un registro europeo de blogs no parece que esto haya sido suficiente para que se deje de hablar del tema. Tiene la sensación de que los políticos que abogaban por un mayor control no se han quedado contentos con la votación. Por eso se siguen publicando noticias sobre los bulos que se difunden en los blogs como si se estuviera creando un ambiente para recuperar el tema en alguna votación posterior. Y no es el único blogger que piensa asi, en Internet se sigue notando un cierto desasosiego con respecto a lo que se va a hacer desde Bruselas en cuanto al control de la blogosfera.

Javier Pedreira,
(Foto: Flickr/Juan Jaen)

A «Wicho» le preocupa que no se esté dejando morir el tema y que todo pueda ser una estrategia para intentar colar la idea del registro por otro lado y pillar a la blogosfera saturada. Lo cual sería otra demostración de lo poco que entienden algunos políticos todo lo relacionado con Internet.

En otros blogs también se pueden leer reflexiones sobre esta cuestión:

Nacho de la Fuente, de la Huella digital, teme que detrás de estos movimientos pueda esconderse una severa regulación de la blogosfera. Considera que «la autorregulación de contenidos -que ya practicamos la inmensa mayoría- es moneda más que suficiente para garantizar el rigor de los blogs. Ponerle puertas al campo abierto de la blogosfera y su alta capacidad para expresarse libremente contaminaría sus principios y la gente huiría despavorida en busca de nuevos medios. Sería cargarse una novedosa, efectiva e independiente forma de comunicación -horizontal e interpersonal- a la que se han enganchado las nuevas generaciones. Justo por eso molesta a los políticos».

Manuel M Almeida sintetiza su opinión en su blog Mangas Verdes diciendo «Dejen en paz a los blogs«. Y citando a Groucho Marx considera que «los políticos europeos se doctoran en lo suyo: se han inventado un problema (los blogs), han hecho un diagnóstico falso (son un peligro) y apuestan por el remedio equivocado (hay que regularlos).

Jose Luis Orihuela, de e-Cuaderno, consideró al conocer los primeros detalles del texto que se trataba de «un proyecto confuso, que pretende abordar realidades muy heterogéneas en relación a viejos y nuevos medios, que revela ignorancia sobre el funcionamiento de internet y que propone medidas que constituyen una amenaza a la libertad de expresión. Me pregunto a quién se intenta proteger con este engendro, a quién beneficia y a quiénes se pretende convertir en guardianes éticos de la comunicación pública.»

Macarena Rodriguez, de la Oreja de Europa, explica que aunque el texto de Marianne Mikko ha sido rechazado, el estatuto de los blogs sigue en el aire, aunque cree que el Parlamento ha captado el mensaje de la blogsofera y no se plantea un registro: «los diputados consideran importante sin embargo, celebrar un debate abierto sobre todas las cuestiones relacionadas con el estatuto de los blogs y además, insisten en su contribución a la libertad de expresión puesto que son cada vez más utilizados tanto por profesionales de la información como por ciudadanos en general.»

Sergio M. Mahugo criticó los últimos mensajes mandados desde Bruselas en su cuenta de Twitter y se hizo una pregunta:  «Claramente los europarlamentarios se aburren. Lo próximo será regular las conversaciones de bar»

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