Hans-Günter Kellner analiza en radiocable el impacto que la polémica en torno al veto Matisyahu en Benicassim ha supuesto para España. Considera que en el caso sí ha habido actitudes anti-semitas y pese a la rectificación del festival, «el daño está hecho». El periodista que trabaja para la radio pública Deutschlandfunk y la agencia Epd y es presidente del Círculo de Corresponsales Extranjeros señala que ve un gran falta de sensibilidad en España hacia los temas que afectan a Israel, sobre todo en comparación con Alemania. Pero apunta que como país no es antisemita, ni existe la percepción fuera de que lo sea.

Hans Gunter Kellner sostiene: «Es un tema que llama enseguida la atención en Alemania, porque todo lo tenga que ver con boicot a Israel o a empresas judías se ve con muchísima sensibilidad. Y por el contrario en España se ve con una falta de sensibilidad sorprendente. Un boicot a productos de Israel, o como en este caso a un artista al que se le pide una declaración por ser judío y cuando se niega, se le dice que no puede actuar, a los alemanes nos recuerda mucho a los llamamientos a no comprar en tiendas judías en época de los nazis. Y vemos una analogía que sorprende y que asusta.»

En cuanto a si el veto a Matisyahu ha sido un acto anti-semita y si España, como país, lo es, apunta: «El movimiento BDS y algunas de las declaraciones si me parece claramente antisemitas. Ha habido tuits celebrando el éxito de la presión o la reacción de algunos cargos locales de IU, no nacionales, también ha sido impresionante y son reacciones y actitudes antisemitas. Y se producen por una falta de sensibilidad enorme. Pero no creo que España como país sea antisemita. Aquí hay múltiples manifestaciones de apoyo al pueblo judío y se sabe diferenciar entre la crítica a Israel sobre los territorios palestinos y la cultura judía.»

El corresponsal añade: «El gobierno español además ha hecho algo excepcional y muy bonito que es ofrecer la nacionalidad a los sefardíes, aunque no vivan en España y esa cultura sea su única relación. Con eso no se puede decir que España sea un país antisemita. En general es un país bastante abierto donde no se pregunta a al gente de donde viene».

Sobre si el incidente ha generado fuera una imagen de España como país antisemita, pese a la rectificación del festival, Hans Kellner asegura: «A mí, personalmente, rectificar me parece de sabios, pero la cara de tonto se te queda y el daño está hecho. Pero no creo que las repercusiones lleguen a más. Tampoco se va a destruir la imagen entera de España por un festival. La actuación fue grave y la corrección llega un poco tarde, pero bueno, creo que con eso ya está.»

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