Desde el año 2000, el uso de internet y los ordenadores se ha duplicado entre los latinoamericanos, pasando de un 5% a un 10% de usuarios. Sin embargo un estudio sobre la brecha digital que evalúa la adopción per cápita de las tecnologías TIC señala que es aún doce veces menor que el que se registra en los países desarrollados. En el continente, según cuenta Tendencias 21, la telefonía móvil está mucho más extendida que los ordenadores e Internet. Aunque esto no tiene por qué ser un freno al impulso de la sociedad de la información, sino que es una evidencia que se debe tener en cuenta en planes y estrategias.

Un mapa mundial
(Foto: Flickr/Akanesio)

Enter, el Centro de Análisis de la Sociedad de la Información y las Telecomunicaciones del IE Business School ha analizado en un informe (PDF) la dimensión de la brecha digital en la región de América Latina. Considera que lo más importantes es identificar de manera acertada la forma en que se ha de afrontar el cambio tecnológico.

A grandes rasgos, el habitante promedio de un país desarrollado tiene ingresos ocho veces mayores que el de un país en desarrollo, y esta brecha ha venido creciendo desde los años 90. Si se considera la penetración per cápita de ordenadores e Internet, esta brecha aumenta a 12 veces en favor de los países ricos. Sin embargo, en el caso de la telefonía móvil esta brecha se reduce a la mitad (seis veces mayor penetración de telefonía móvil en los países desarrollados) y la tendencia es a ir reduciéndose cada vez más.

Por eso y por qué los retos clave de los países en desarrollo no son la falta de ordenadores ni de conexiones a Internet, sino la pobreza o las carencias del sistema educativo, se apuesta por potenciar el uso de herramientas más baratas y que requieren menos habilidades de uso -como los móviles- para impulsar las tecnologías de la información.

Aunque el estudio también advierte que la adopción de las TIC puede mejorar el funcionamiento del sistema económico a distintos niveles (mercados, empresas, suministros, gestión pública y capital social) pero si no se identifica la combinación apropiada puede haber muchos fracasos en el desarrollo.

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