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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

Iñigo Sáenz de Ugarte en «Guerra Eterna». Fundamental para comprender la posición norteamericana en Egipto:

El presidente [Obama] ha anunciado la cancelación de las maniobras militares conjuntas previstas para septiembre, algo que se consideraba inevitable. No se ha atrevido a decir nada sobre la ayuda militar que EEUU concede cada año al Ejército egipcio desde los años 40, una media de 1.300 millones anuales desde 1987. (…) Sería una ilusión pretender que una respuesta más agresiva de EEUU pueda forzar al Ejército egipcio a acabar con la represión. (…)

El factor israelí siempre entra en juego en estos casos. Israel ha pedido a los gobiernos norteamericanos y europeos que no condenen el golpe egipcio. No le interesa un Egipto democrático, sino un Egipto con un Ejército fuerte que haga lo que está haciendo ahora: lanzar una ofensiva contra los grupos fundamentalistas del Sinaí.

Pero además esa ayuda militar es muy rentable para EEUU y Egipto por otras razones. Parte de ella se desvía ??eso sin contar comisiones que vayan directamente a los bolsillos de los generales egipcios?? a otras inversiones del Ejército.

Lo curioso es que una parte muy importante de ese dinero nunca sale de EEUU, como explica este artículo de NPR. Va a una cuenta de la Reserva Federal de Nueva York, y luego a un fondo del Tesoro que luego paga a las empresas de defensa que fabrican los tanques y aviones que compra Egipto.

Es material militar que en buena parte Egipto no necesita. Desde finales de los 80, EEUU ha enviado unos mil tanques M1A1 Abrams, de los que 200 nunca se han utilizado. ??No hay ningún escenario posible por el que necesiten esos tanques, a menos que haya una invasión extraterrestre?, dijo de forma expresiva Shana Marshall, de la Universidad de Brandeis a NPR.

Algo parecido se puede decir de los 221 cazas F-16 vendidos desde 1980. Egipto no necesita tantos. Es probable que no cuente con tripulaciones entrenadas para tantos aparatos.

Aún más curioso es saber que EEUU también ha comprado muchos más tanques Abrams de los que necesita. El resto está en un desierto californiano cogiendo polvo. La industria militar y los congresistas de los estados donde se fabrican este material necesitan los contratos, los puestos de trabajo y los votos.

Como es habitual en la industria de defensa, los contratos se prolongan durante varios años desde el momento en que se firma hasta que se entrega el producto. Otro detalle llamativo es que Egipto firma contratos por cantidades muy superiores a las que recibe anualmente de Washington. [Leer completo]

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