El filósofo, ensayista y pedagogo español explica en radiocable.com en que consiste la teoría internacional de resolución de conflictos y hasta qué punto se puede estar aplicando en el País Vasco. Asegura que con ETA, la experiencia en otras negociaciones indica que habrá que aceptar la teoría del mal menor, pero cree que la banda aún tiene que hacer gestos para demostrar que «es de fiar».

Jose Antonio Marina

Jose Antonio Marina explica que los organismos que se dedican a resolver conflictos son en realidad mediadores para quienes «lo más importante es mantener siempre abierta la relación entre las partes en conflicto». Estas son quienes tienen que negociar y el método es «siempre por etapas nunca se puede conseguir de una vez el objetivo final, la buena negociacion está en que todas las partes se vayan poniendo de acuerdo de forma gradual y segmentando los problemas».

La esencia es que ninguna de las partes gane del todo, ni pierda del todo y el filosofo detalla que el fijar los puntos irrenunciables es uno de los puntos más complicados. En el caso de la negociación con ETA, considera que podrían ser los presos para la banda y para el Estado que quienes tienen delitos de sangre cumplan carcel: «entonces habrá que buscar una solución con la idea que nos ha dado la experiencia de que nunca hay soluciones perfectas y siempre habrá un aspecto injusto».

Recuerda como en Irlanda cuando se excarcelaron a asesinos del IRA, Blair aseguró que era un día triste para la democracia pero lo aceptó como un pago por conseguir un objetivo más importante: estabilizar la situación y dejar atrás la violencia. «Esto es debido a la doctrina del mal menor y muchas veces hay que darse cuenta de que el mal menor es lo unico que tenemos a nuestra disposición».

Para Marina en el País Vasco se está siguiendo en cierta forma la teoría, pero con un problema: «tiene que hacerse de una manera ni siquiera de muy clara porque un Estado de Derecho no puede negociar realmente con unos asesinos de manera que siempre hay que hacerlo con figuras interpuestas que buscan salidas pactadas en un nivel que no es oficial». Y recuerda como incluso cuando Zapatero anunció públicamente que habia negociadores, «no era el estado quien se sentaba en la mesa, sino mandados por decirlo de alguna forma».

Explica que uno de los asuntos importantes es quien tiene que dar los pasos: «en este caso ha sido ETA quien ha dado un paso para acercarse a una postura cercana a la rendición pero sin que fuera una rendicion y esa modulación de los pasos suele ser uno de los temas más complicados, pero también más necesarios de hacer».

Detalla como «el timing de los pasos que se dan es importante. Al final yo creo que también en el caso de ETA terminará con algun tipo de cierre definitivo. Pero primero fue una tregua definitiva, ahora una suspensión definitiva… se cuida mucho el lenguaje. Y yo creo que lo que aun falta en España, lo que no veo claro, es una confianza en las palabras de la otra parte porque son muy dificiles de verificar».

Jose Antonio Marina defiende en cualquier caso que es necesario «un poco más de maduración de los procesos. El cambio ha sido muy rápido, muy abrupto. Es posible que se haya aceptado con demasiada satisfacción el anuncio».  Y cree que el siguiente paso no debe darlo aun el gobierno, sino la banda terrorista: «el gobierno tiene que marcar un espacio de espera, para ver como ETA se gana la confianza. No es suficiente con decir que han renunciado a la violencia. Tienen que demostrar que son de fiar».

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