Las voces que alertan contra la cotización en el mercado de futuros del uso del agua que se autorizó recientemente en Wall Street siguen creciendo. Numerosos expertos han señalado que ante la previsible escasez de agua que provocará el cambio climático y los conflictos que generará, la comercialización bursátil abre la puerta a la especulación. Pero además, Pedro Arrojo-Arroyo, relator de la ONU, ha asegurado que el mercado del agua «viola los derechos humanos básicos».

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Desde este 7 de diciembre de 2020, existe un nuevo índice bursátil en Wall Street llamado NQH20 y que constituye el primer contrato de comercio de futuros de agua del mundo. Lo ha lanzado CME Group con el pretexto de ayudar a los usuarios del agua a gestionar el riesgo y equilibrar mejor las demandas competitivas del suministro de agua. Permite a compradores y vendedores intercambiar un precio fijo por la entrega de una cantidad fija de agua en una fecha futura.

No es el primer mercado donde se compra y se vende el derecho a utilizar agua, pero el hecho de que haya ahora un índice bursátil «acuático» oficial en Wall Street con afán puramente económico y el momento elegido para lanzarlo, cuando la incertidumbre por el cambio climático, hace temer una escasez de agua en el futuro, ha disparado numerosas alarmas.

Una de las más contundentes proviene de la ONU, donde el relator especial sobre el derecho al agua potable y al saneamiento, Pedro Arrojo-Agudo, ha asegurado que comercializar el agua en el mercado de futuros de Wall Street viola los derechos humanos: «Poner el agua en la bolsa de valores como si fuera oro o petróleo atenta contra el derecho básico de todos al agua»

El experto de Naciones Unidas ha recordado que el agua ya está bajo una amenaza extrema por el cambio climático, además de por una población y una demanda en crecimiento y por una contaminación grave de la agricultura y la industria minera. Y asegura: «No se puede poner un valor al agua como se hace con otros productos básicos comercializados. El agua es de todos. es un bien público y es un componente esencial para la salud pública”, recalcando su importancia en la lucha contra la pandemia.

Y uno de los aspectos del mercado de futuros del agua que más preocupan a los expertos es precisamente que abre la puerta a la especulación. Aeeojp-Arroyo alertan de que podría atraer a especuladores como fondos de cobertura y bancos a apostar por el agua, repitiendo la burbuja especulativa del mercado de alimentos en 2008. Y también podría perjudicar a los pequeños agricultores.

Por otro lado, Gonzalo de la Cámara, investigador principal sobre economía del agua en el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados, recuerda en ElDiario.es, que en Chile, se creó un sistema para que los inversores agrícolas tuvieran la certeza de que iban a tener agua, permitiendo adquirir esos derechos gratis y a perpetuidad que podían ceder a terceros. La iniciativa fue un éxito económico, aumento los regadíos y el crecimiento pero conllevó una burbuja de derechos del agua que resultó un desastre medioambiental, esquilmándose, por ejemplo, el acuífero Copiapó.

Por ello se avise del riesgo que supone que el mercado de agua de Wall Street no sea regulado para impedir la especulación. Especialmente ante el previsible futuro de escasez de agua que se avecina que convertirán este recurso básico un bien cada vez más preciado. En México, ya ha habido una guerra por el agua. Según desvelaba Los Ángeles Times, una disputa de largo tiempo sobre los derechos del agua compartida entre México y Estados Unidos ha derivado, a causa de  la corrupción, el narcotráfico y las empresas mineras, en un enfrentamiento y choques abiertos delas tropas de la Guardia Nacional Mexicana contra agricultores y ganaderos que incautaron una presa en el norte del estado de Chihuahua.

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