El archipielago de Salvora en GaliciaEl Departamento que dirige Crisitna Narbona ha protagonizado en las últimas horas dos noticias que demuestran que no les asusta innovar para defender el medio ambiente… a expensas de las críticas. Medio Ambiente acaba de comprar una isla en Galicia para protegerla y se plantean cobrar más cara el agua a los turistas.  ADN.es da interesantes detalles de ambas.

La compra de islas para garantizar su conservación es una medida que ya habían anunciado para el caso de Montaña Clara en Canarias a finales de agosto, pero que ahora se ha materializado en Galicia. En concreto Medio Ambiente ha comprado por 8,5 millones de euros, el archipiélago de Sálvora, compuesto por la isla de Sálvora y los islotes de Noro y Vionta, situados en la desembocadura de la Ría de Arousa.

El paraje había sido adquirido por Caixa Galicia que se la compró a su anterior propietario, el marques de Revilla por esos mismos 8,5 millones. Pero el Ministerio ha ejercido su derecho de tanteo y se ha quedado con el archipiélago para evitar que caiga en manos particulares. Se trata de una zona de gran riqueza biológica y aunque la entidad bancaria aseguró que pensaba convertirla en fondo natural, Medio Ambiente ha preferido incorporarla al Dominio Público Marítimo Terrestre.

La piscina de un hotelPor otro lado, el Departamento de Cristina Narbona también estudia aplicar una tarifa turística para el agua consumida en hoteles y segundas residencias. En nuestro país a pesar de la carencia endémica de agua y las campañas de sensibilización en pro del ahorro del agua, el consumo medio por habitante y día en España, según Greenpeace, es de 250 a 300 litros. Esto nos coloca como el tercero que más agua consume del Planeta.

Pero en verano, en los hoteles de nuestro país ese consume aumenta hasta los 394 litros diarios, llegando hasta los 594 litros en establecimientos de cinco estrellas. Los datos también indican que en esta época, el 23% del agua es consumida por turistas. Por todo ello, el Ministerio está estudiando aplicar un precio diferente y más alto a los hoteles, asi como a las segundas residencias y al turismo relacionado con los campos de golf. La medida de momento sólo está en estudio, pero los empresarios ya se han mostrado radicalmente en contra.

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