¿Puede provocar «Thingmaker» indirectamente el inicio de la revolución social que las impresoras en tres dimensiones llevan anunciando desde su creación? Se trata de la primera lanzada específicamente para niños con idea de permitirles de llevar a la práctica su creatividad creando cualquier juguete que imaginen. Y la empresa que la saca al mercado es nada menos que Mattel, una de las mayores multinacionales del juguete.

La impresora Thingmaker funciona con una aplicación que se puede manejar desde cualquier tablet con Android o iOS y que explica cómo diseñar y conectar piezas para hacer las partes del juguete. Incluye algunas plantillas predeterminadas, pero también permite crear piezas y modelos al gusto y con total libertad. Se pueden también elegir colores y texturas.

Una vez terminado el diseño, se manda a imprimir y la máquina tarda unos 30 minutos en crear los objetos pequeños y entre 6 y 8 horas los más grandes. La «tinta» será unos rollos de plástico PLA en distintos colores y habrá también otros materiales.

El producto está dirigido a niños mayores de 13 años y saldrá a la venta en otoño de este mismo año a un precio de 300 dólares. Mattel ha asegurado que no sólo busca que los niños creen sus propios juguetes, sino que exploren también otros usos y finalidades para las piezas que imaginan. Quizá a través de los niños se terminen de instalar en los hogares las impresoras 3D y se generalice su uso para la autoproducción de objetos cotidianos.

 

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