El semanario francés apunta en un texto de François Musseau que las autoridades españolas, pese a las presiones de Argentina y la ONU, rechazan revisar la ley de inmunidad que protege a los torturadores del franquismo. The Guardian, por su parte, destaca que algunos de los presuntos torturadores llevan una «pacífica vida» en Madrid.

El artículo de Le Point

Le Point dice que España se niega a ceder y a volver sobre sus leyes de impunidad para el franquismo. Apunta:»`No, no, no, está fuera de cuestión. Nunca permitiremos que se abra la caja de Pandora´. La reacción de este alto magistrado no identificado en El Confidencial.com da una buena idea de la intransigencia mostrada en estos días por las autoridades españolas sobre de la posibilidad de juzgar a ex delincuentes del franquismo. Desde el retorno de la democracia a finales de los 70 , nunca un funcionario de la dictadura española -que duró cuatro décadas- se ha sentado en el banquillo, ni ha sido juzgado».

«Tras el fallido intento de Garzón , el rechazo español se enfrenta ahora a dos nuevas ofensivas. Por un lado, tras la querella de familiares de víctimas, la jueza argentina María Servini ha ordenado la extradición de tres ex miembros del aparato de Franco. La presión también proviene de Naciones Unidas. Dos especialistas en desapariciones han pedido a las autoridades que renuncien a la ley de amnistía de 1977, tras la que `se protegen´. La ironía de esta situación es que desde hace dos décadas, los jueces españoles se encuentran entre los más activos en el ejercicio de la ` justicia sin fronteras´. Hoy, España se niega a ceder y a volver sobre sus propias leyes de impunidad.«

The Guardian recoge que uno de los torturadores ha estado viviendo y corriendo tranquilamente en Madrid. La crónica de Paul Hamilos dice: «Un hombre acusado de ser uno de los infames verdugos del franquismo -conocido como Billy el Niño por su costumbre de hacer girar un arma sobre su dedo mientras golpeaba a sus víctimas- ha estado viviendo una vida tranquila sin perturbaciones en el corazón de Madrid, incluso volando a correr el maratón de Nueva York en numerosas ocasiones, se ha sabido ahora.»

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