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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

Todavía no conocemos con precisión el alcance de la emergencia nuclear de Japón, pero es fácil certificar algunas cosas.

Lo sucedido en las centrales nucleares allí es muy ilustrativo sobre la naturaleza humana.  Comentaba anoche con Juan López Uralde, -Equo-, la capacidad que tenemos para olvidar, para seguir retando a la naturaleza, para seguir cerrando los ojos a los peligros de una energía que no somos capaces de dominar completamente. ?jala los ecologistas se hubieran equivocado, pero no lo han hecho.

En julio del año 2007  un terremoto agitó también las entrañas de Japón. Afectó a otra Central Nuclear, la de Kashiwazaki-Kariwa que vertió una cantidad de unos 1000 litros de agua radioactiva al mar. Las autoridades primero lo minimizaron y posteriormente se vieron obligados a reconocer su importancia.

La opacidad de sus responsables siempre es parecida. Da igual que hablemos de Japón o de Alemania porque ese mismo mes se produjeron dos accidentes en centrales nucleares allí: un incendio en la central de Krümmel y un cortocircuito en la de Brunsbüttel. La gravedad de estos sucesos trató de ser minimizada desde el principio por parte de la industria nuclear y de la compañía eléctrica propietaria de estas centrales, la empresa sueca Vattenfall.

Y España no está al márgen. Ese mismo otoño la Central de Ascó no sólo liberó partículas radioactivas sino que manipuló los datos para ocultarlo, lo que provocó la multa más alta que se ha impuesto a una Nuclear española.

Puede que sobre el papel de un técnico los riesgos de la energía nuclear sean pequeños y sin embargo, las consecuencias de un accidente pueden llegar a ser catastróficas, -ójala no sea esa la situación de Japón. – Tanto es así que ninguna compañía de seguros del mundo está dispuesta a firmar una póliza con ellos. Porque si un embalse se rompe puede producirse un drama humano, pero si tiene lugar un accidente nuclear grave el daño se prolonga durante milenios. Y los accidentes ocurrirán, hoy, mañana o pasado, pero algún día tendrán lugar.

Por otra parte, los acontecimientos de Japón nos revelan las deficiencias de un modelo energético basado básicamente en lo nuclear pues tras el terremoto, y la consiguiente parada de sus centrales, se encuentran ahora con serios problemas de suministro energético por todo el país.

Son riesgos que tiene una tecnología controlada por humanos, y que coexiste en un mundo cada vez más incierto y con más problemas de violencia terrorista. Añádele a esto que tenemos que comprar el Uranio en Níger, que construir una Central es tan formidablemente caro que sólo lo abordan los Estados, que todavía no hemos resuelto que hacer con los residuos radioactivos, y ahora que venga alguien a hablarme de reabrir el debate nuclear en España.

La naturaleza es ingobernable. ?jala los ecologistas se hubieran equivocado. Pero de nuevo no lo han hecho.


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