El diario estadounidense advierte en un analisis que firman Landon Thomas y Raphael Minder que los problemas políticos internos pueden complicar la hoja de ruta diseñada por Europa para sacar a España de la crisis de la deuda. Citan las elecciones en Galicia y País Vasco -donde podría acrecentarse el desafío nacionalista-, las tensiones con Comunidades Autonomas como Cataluña y Extremadura y en general el descontento social.

Mariano Rajoy
(Foto: Flickr/Partido Popular)

El New York Times asegura: «para recibir ayuda del programa del Banco Central Europeo, el señor Rajoy tendría que aceptar un escrutinio financiero aún mayor de los funcionarios europeos y, posiblemente, del Fondo Monetario Internacional. Ahí es donde entra la política en los cálculos de Rajoy. Debido a su aplastante victoria en las elecciones generales de noviembre, Rajoy es uno de los pocos líderes europeos que mantiene una cómoda mayoría parlamentaria. Pero las encuestas muestran que su popularidad se hunde, y se enfrenta a dos elecciones regionales el próximo mes, incluyendo una en su región natal de Galicia.»

Y añaden: «La otra elección regional, en el País Vasco, podría añadir dolores de cabeza al Sr. Rajoy si el resultado confirma el ascenso de Bildu, un partido independentista recién formado. La campaña de austeridad de Rajoy ha tensando las relaciones entre Madrid y las Comunidades Autónomas, algunas de las cuales ya han solicitado financiación de emergencia al gobierno central que les echa la culpa de la mayor parte del desvío del presupuesto el año pasado.»

El artículo destaca asimismo como problemas la manifestación separatista prevista en Cataluña y el desafío del presidente extremeño, pese a ser también del PP, sobre el IVA. Y añaden: «Con la tasa de desempleo en casi un 25% y una previsión de dos posibles años más de recesión, los votantes españoles no están de humor para la mayor disciplina económica que se impone desde fuera. A ojos de los españoles, la asistencia del banco central debe ser su recompensa por el dolor que ya han sufrido.»

[Leer el artículo completo en el New York Times]

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