Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Otra carga de profundidad contra Rajoy? y de las muy peligrosas. Porque procede de alguien a quien el PP elevó a los altares, y fue convertida en santo, seña y estandarte de lo que el partido es, de lo que defiende y de lo que quiere ser. Si de ahí parte una crítica radical a la ponencia política, la tal ponencia política aparece enfrentada con los sectores sagrados, los resistentes, los perseguidos y los mártires.

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Es como una denuncia de Juana de Arco. Mal asunto. Nadie ha explicado aun sobre qué versan tales diferencias fundamentales de criterio, pero la falta de información oficial ha sido sustituida por las pistas facilitadas por gente con galones dentro del PP. Así, Ana Botella nos ha hecho saber que las discrepancias tienen que ver con la cuestión del nacionalismo, que ha pasado de ser la peste a algo con lo que convivir. Gustavo de Arístegui ha dicho algo muy gordo: que es un viraje de la esencia ideológica. Seguramente no será tanto, y pronto empezará a echarse agua al vino. Pero, por el momento, a Rajoy le han caído encima una bandera, un monumento y un símbolo. El camino hacia el congreso está resultando muy pedregoso y se confirma que no hay viaje más peligroso que el de la derecha al centro. Otra cosa, dirigida a Esperanza Aguirre. Tras lo ocurrido en el Hospital Doce de Octubre, se ha actuado de la siguiente manera: se ha abierto una investigación, se ha comunicado que es un asunto que debe ser estudiado por los especialistas; que no hay que alarmar, ni hacer demagogia. Nadie ha cesado preventivamente a nadie. Creemos sinceramente que es lo correcto pero nos gustaría que se nos explicara por qué no ocurrió lo mismo en el caso del Hospital de Leganés. Por cierto, sin pretender relacionarlo con los fallecimientos, hemos tenido la oportunidad de conocer desde dentro el Doce de Octubre y su UVI, hemos sido beneficiarios del talento de sus médicos y de la preparación y capacidad de su personal. Los elogiamos sin reservas y con agradecimiento, pero el estado del centro es intolerable. No malo, no deficiente: intolerable, de vergüenza. ¿Estaría dispuesta la presidenta a visitar el hospital con nosotros y una cámara de cuatro?.»

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