En los últimos meses la heterogénea resistencia iraquí ha realizado esfuerzos para unirse bajo un mismo movimiento. Se ha producido una alianza real entre grupos armados nacionalistas e islamistas en un intento por conseguir más poder efectivo para derrocar al gobierno iraquí actual de Al-Maliki y expulsar a las tropas extranjeras. Las agrupaciones que componen este nuevo frente han aparcado sus diferencias en pos de esos dos objetivos. Dicen ser enemigos de los terroristas de Al Qaeda y del intervencionismo iraní y buscan canales de comunicación con Europa y Estados Unidos. En las últimas semanas han aparecido en Al Jazeera contando todo esto y denunciando el abandono de Irak.

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