El presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Emilio Silva, ha testificado hoy en el juicio que se sigue contra Garzón en el Supremo. En radiocable.com, Emilio Silva relata su testimonio en defensa de la investigación del Juez y las preguntas de Manos Limpias y el fiscal. Destaca la importancia de que las víctimas estén por fin explicando ante un tribunal lo sucedido.

Emilio Silva

Para Emilio Silva lo más importante es que «ahora mujeres como María Martin o Pino Sosa han podido contar delante de un tribunal lo que les hicieron. Eso es casi un pequeño acto de justicia.» Destaca que muchas víctimas «aprendieron a callar y ahora han aprendido a hablar y a que las escuchen».

Sobre su testimonio explica que ha entrado «muy nervioso por la presión y porque la arquitectura del Supremo parece estar hecha para que te sientas pequeñito». Ha contado lo que ha estado haciendo desde hace 10 años a través de la Asociación y también la historia de su abuelo. Ha respondido a preguntas del abogado de Manos Limpias y también del fiscal:

«eso no me lo esperaba, me ha hecho tres preguntas todas sobre la denuncia que nosotros pusimos hace año y medio en Argentina. Y le he explicado que cuando alguien no recibe justicia y cree que tiene derecho a ella, la busca donde sea». También ha recordado como surgió la ARMH, que partió de una busqueda «personal» de su abuelo, «pensando que era una cosa solo de El Bierzo hasta que descubrimos la dimensión que tenía todo y que se completó con el auto de Garzón con una lista de 113.000 nombres de civiles.

Destaca que una parte importante de lo que se debate en el juicio es si estos crímenes han prescrito o no y si pueden estar protegidos o no por la Ley de Amnistía de 1977. Pero para Emilio Silva también es «una oportunidad. Porque aqui el pasado ha estado quieto y mudo muchos años. Y esto es una cosa más de las que tiene que pasar en un país con un pasado traumático. Lo reprimido siempre regresa».

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