Un director danés ha contado en el documental Burma VJ la historia de los reporteros birmanos que se jugaron la vida para informar de la revolución Azafrán que sacudió el país en septiembre de 2007. ¿Cómo se puede hacer reporterismo en una país cerrado? es lo que se plantea Anders ?stergaard que utiliza para su película sobre todo material grabado de forma clantestina por video-periodistas durante las marchas de protesta encabezadas por los monjes budistas.

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Prohibieron la entrada al país a periodistas y medios extranjeros, censuraron Internet, pero hubo unos 30 reporteros locales trabajando en las calles de incógnito para tratar de contar al mundo lo que sacudía Birmania en esas jornadas. Utilizaron pequeñas cámaras personales. Grabaron las marchas, las protestas, la revuelta ciudadana… y la represión posterior de la Junta Militar que dirige el país. La organización Democratic Voice of Burma fue quien se encargó de alojar el material y mostrarlo al mundo.

El documental cuenta cómo se organizaron estos reporteros. Tenían un lider, apodado Joshua, escondido en Tailandia que les daba instrucciones mediante llamadas de teléfono clandestinas o Internet. ?l se encargaba de distribuir a sus «video-guerreros» para cubrir las protestas y luego los abusos cometidos por la dictadura. Joshua recibía las grabaciones y las enviaba a Noruega, desde donde se emitían vía satélite para Birmania y el resto del mundo. El documental ha sido premiado en Sundance 2009. (Fuente: From the frontline)

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