Richard Cohen

Columnista en la página editorial del Washington Post desde 1984.

 

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Richard Cohen – Washington. Algunos residentes de Gaza fueron sacados a la fuerza de sus casas y disparados en las piernas o en los pies. Algunos fueron apaleados y algunos fueron asesinados simplemente, en ocasiones después de torturas repugnantes. Si — basándose en todo lo sucedido — espera usted que los atroces israelíes hicieran esto, mejor suerte la próxima vez. Fue obra de Hamás, el auténtico y genuino gobierno de Gaza. Bien, nadie es perfecto.

La información sobre los ajusticiamientos está sacada de un informe difundido el lunes por Human Rights Watch y facilitado a través de su página web. Afirma que «las fuerzas de seguridad de Hamás u hombres enmascarados que se cree pertenecen a Hamás? ejecutaron a 18 personas, la mayor parte de las cuales estaban acusadas de colaborar con Israel, ahorrándose el gasto y las molestias de celebrar un juicio. El resto fue fusilado, mutilado o apaleado, no por colaborar presuntamente con el enemigo — o, como viene siendo invariablemente el caso, tener una casa o una mujer deseadas por algún soplón — sino por pertenencia al partido político de la oposición, Fatah.

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Muchos de estos crímenes y ataques tuvieron lugar durante los bombardeos recientes de Gaza por parte de Israel. Pero como Human Rights Watch hacia algún esfuerzo por documentar, las fuerzas de seguridad de Hamás no perdieron el control de Gaza en ningún momento, de manera que los crímenes y las mutilaciones no fueron consecuencia del caos, sino política del gobierno. Sea como fuere, los crímenes, fusilamientos y palizas continuaron incluso después de finalizar las hostilidades. Desde entonces, al menos otras 14 personas han sido ejecutadas extrajudicialmente, lo que viene a significar asesinadas. Algunos también fueron torturados.

Sólo cabe imaginar lo que pasaría si Israel tratara a sus disidentes o enemigos políticos  internos  de tal forma. El mes pasado, por ejemplo, Israel fue objeto de un aluvión de críticas y barbaridades cuando fue dado a conocer  por la prensa israelí que algunos civiles de Gaza habían resultado alcanzados de manera injustificable por soldados israelíes. La información fue citada por doquier, no sólo por sus impactantes alegaciones sino también porque se suponía que era indicativo del tipo de lugar en que se había convertido Israel. El gobierno dijo que las alegaciones se basaban en rumores. Veremos.

Sin duda el informe de Human Rights Watch va a ser ignorado a propósito o desechado en aras de la gran causa de demonizar a Israel. ?sta ha sido la tendencia desde hace tiempo. También sin ninguna duda, habrá quien excuse el comportamiento criminal de Hamás como inevitable producto de las acciones israelíes — la escuela de pensamiento del Oficial Krupke popularizada por los miembros de la banda interpretativa de ??West Side Story.? Pero en la medida en que a algunos les gusta criticar a Israel — y lo he hecho yo mismo — siguen teniendo la obligación mínima de reconocer la diferencia central entre sus enemigos y él.

Esto no significa que Israel esté al margen de las críticas. Después de todo, ha hecho insoportable la vida para algunos palestinos, apoyado los asentamientos ilegales de Cisjordania, sido implacable a la hora de estrujar Gaza, y puede que lo más importante, tendría que salir de Cisjordania — por motivos de justicia y por su propio bien. Pero aun así, sigue siendo inimaginable que Israel asesine a sus críticos nacionales o que censure la disidencia disparando periódicamente a las rodillas como represalia. ?stas son las tácticas de los criminales.

Puede leer los estatutos de Hamás. No son el grito desafiante de un pueblo pisoteado que aspira a su libertad, sino un credo antisemita repugnante. Entiende que los judíos están detrás de cada suceso importante a nivel mundial desde la toma de la Bastilla: «Estuvieron detrás la Revolución Francesa, la revolución comunista y la mayor parte de las revoluciones que escuchamos y de las que supimos, aquí y allí. Con su dinero formaron sociedades secretas, como los Masones, los Rotarios, los Leones… con el fin de sabotear las sociedades y alcanzar los intereses sionistas.? ¿Los Rotarios? ¿Los Leones? ¿Por qué no hay cabalgata de bienvenida?

Cuando los israelíes hablan de las dificultades prácticas de salir de Cisjordania, se refieren a la probabilidad de que Hamás expulse a Fatah y lance misiles contra Israel. Están preocupados y decepcionados a la vez por unos estatutos de Hamás que, en parte, tal como suenan podrían haber sido redactados por Hitler. Las retiradas son necesarias y correctas, pero no se pueden hacer de forma ingenua y sin la participación de Estados Unidos. Van a ser necesarias fuerzas estadounidenses de paz. Es así de simple. Ningún israelí puede confiar en que Hamás vaya a mantener la paz.

Human Rights Watch debe ser elogiada. No tiene un rasero para Israel y otro para Hamás, Hizbulah o los regímenes déspotas restantes del mundo árabe. Es más de lo que se puede decir, no obstante, de los críticos que demonizan a Israel, fantasean con Hamás y claramente nunca han tenido el inexpresable placer de vivir en un sitio en donde una observación inoportuna te puede acarrear que te llenen de plomo las piernas. Puede usted decir lo que le apetezca, pero ese sitio nunca podría ser Israel.

Richard Cohen

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