La prestigiosa catedrática de Física de la Universidad de Oxford conversa con La Cafetera sobre los retos de la ciencia y la inteligencia artificial además de otros aspectos como los peligros de la tecnofobia o la necesidad de democratizar los procesos científicos y hacer una alianza con la ciudadanía. Sonia Contera acaba de publicar en español su libro «Nanotecnología viva» La investigadora enfatiza además que estamos ahora «aprendiendo los límites del poder de la ciencia y la tecnología» y nos encontramos «en un punto histórico que nos obliga a crear una nueva relación con la naturaleza». Sostiene que el mayor reto al que se enfrenta ahora la ciencia es «no perder la esperanza de que podemos enderezar el curso».

Sonia Contera destaca que la investigación sobre la vacuna para la COVID, ha abierto un camino para buscar vacunas contra el cáncer y otras enfermedades de manera muy diferente a como se estaba haciendo en la ciencia tradicional. Y señala que aunque ahora estas empresas ahora «hacen también geopolítica», sus avances han hecho que «la medicina y las vacunas han cambiado para siempre».

Además la investigadora explica como funcionan las nuevas vacunas «que son como un diálogo con el sistema inmunológico» y en qué consiste la nanotecnología: «que estudia la materia en la escala nanométrica, que es de nivel intermedio. No es un átomo, pero tampoco una célula. No se ve, pero tiene cierto volumen. Y esa escala es la que elige el universo para crear la vida y donde se crean las conexiones multidisciplinares». Y destaca que en esa escala se mueve tanto la física o la química para hacer catálisis o pinturas como la microtecnología y los microchips.

Contera defiende la capacidad de la ciencia para mejorar el mundo y la necesidad de que los científicos sean capaces de comunicar sus avances e involucrar al público en las investigaciones: «para nosotros es frustrante que la ciencia no forme parte de la conversación, pero se pueden crear diálogos con el público y que participen». Y pone como ejemplo programas de ciencia ciudadana como Rosetta@home y sus logros. Pero insiste: «Hay que comunicar para dar sentido a la ciencia que hacemos. Además ayuda a democratizar los procesos y a crear retroalimentación». Porque advierte de que los científicos no tienen tanto poder para decidir las direcciones que toman las investigaciones porque las dictan quienes las financian: «Esto es parte de la alianza que muchos científicos quieren crear con el público».

En relación a la inteligencia artificial, explica que ChatGPT ha lanzado un nuevo modelo de IA generativa «que puede hablar de manera coherente, aunque no siempre es capaz de dar respuestas correctas» y señala que existen también otras tecnologías «que producen realidades muy difíciles de interpretar. Imágenes que parecen reales, etc». Resalta que aún no se ha logrado regular su uso, como se entrenan y qué datos utiliza: «hay una necesidad muy grande de democratizar los procesos tecnológicos y la IA nos está forzando a ello. Ahora mismo, creo que es una herramienta bastante útil para la ciencia y no lo veo como una amenaza porque no es lo suficientemente inteligente para hacer cosas por sí misma. Pero sí puede usarse de maneras muy abusivas por quienes tienen el poder».

Y en este sentido, la científica alerta de que «hay gente muy poderosa en las tecnológicas o tipo Elon Musk que ahora mismo dicen que hay que prohibir la inteligencia artificial. Pero hay que tener cuidado con estos mensajes. La ciencia y los científicos tienen una gran capacidad de hacer mejores nuestras vidas… y de destrozarlas. Pero es peligroso que los mismos que crean la ciencia y tienen el dinero para desarrollarla nos digan cuando tenemos que tener miedo de ella. Porque ellos tienen unos intereses muy fuertes. Y quizá algunos quieren parar la IA hasta que tengan la capacidad de competir».

Pero advierte también de que: «el miedo y la tecnofobia pueden ser un arma tan peligrosa como la tecnología. Y hay que pensar donde están los juegos de poder y tiene que haber un escrutinio democrático de todas estas opiniones. No puede ser que los gurús nos digan cuando y de qué tenemos que tener miedo. Elon Musk no tiene reparos con que las baterías de los coches destrocen ecosistemas y naturaleza en Bolivia, pero sí cuando ChatGPT es una competencia». Y con respecto a los llamamientos a parar la investigación en IA, señala que China también la está desarrollando y lo va a utilizar como arma geopolítica.

Sonia Contera enfatiza asimismo que: «Lo más interesante es que estamos aprendiendo los límites del poder de la ciencia y la tecnología. Desde el siglo XVIII se ha hecho buscando dominar la naturaleza o las enfermedades. Y eso ha creado un paradigma que lleva a la explotación, sin pensar, de los recursos naturales. Ahora por fin nos damos cuenta que la Tierra tiene un tamaño finito, que no podemos abarcarlo todo». Subraya que esta barrera y estos límites han llegado a muchos campos, desde la computación «nos hemos dado cuenta que los chips no se pueden hacer más pequeños», a la medicina, la biología…: «Pero lo interesante es que ahora estamos en un punto histórico que nos obliga a crear una nueva relación con la naturaleza y a ser más humildes. Es un reto brutal y nos va a empujar a nuevas maneras de pensar».

Y traza un símil con la madurez: «Es como si hasta ahora hubiéramos usado la ciencia y la tecnología como adolescentes sin preocuparnos del futuro. Y creo que a partir de ahora, o nos preocupamos o morimos. Y eso es la madurez y darse cuenta de la finitud. Y eso abre nuevos horizontes. Creo que el mayor peligro es la desesperanza y la idea de que no hay nada que podamos hacer los ciudadanos para parar los usos distópicos y abusivos de la ciencia. Cuando creemos que no tenemos poder es cuando surgen los movimientos anti-ciencia y nadie se fía de nadie. Yo entiendo los movimientos anti-ciencia y porqué la gente no confía en los científicos. Pero ahí está el verdadero reto. En no perder la esperanza de que podemos enderezar el curso».

En el programa abordamos además noticias internacionales como lo sucedido en Belgorod y el efecto que puede tener para la Guerra de Ucrania o la declaración de Andrés Manuel López Obrador como «persona no grata» en Perú. Y recogemos cómo el escándalo por los insultos racistas a Vinicius está siendo destacado por la prensa global y ha desatado un debate más amplio sobre el racismo en España. En la Sobremesa, celebramos el Día del Oyente sorteando el libro de Sonia Contera a un mecenas… que nos deja boquiabiertos por las coincidencias.

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