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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

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Me propongo escribir brevemente sobre un asunto que me plantea contradicciones y dudas. Preferiría no hacerlo todavía, hasta tener una posición mas firme, pero no quiero que el silencio se reinterprete como se está haciendo.

Hay reproches vía twitter a los medios de comunicación porque «no están tratando la huelga de hambre» iniciada por Jorge Arzuaga, el jóven bilbaino de 25 años, en la Puerta del Sol de Madrid. Reclama la dimisión del gobierno.

No es exacto denunciar, como hace la televisión rusa, y como insisten en las redes sociales, que los medios hayan tapado la noticia : Antena3, EuropaPress, El Periódico, El CorreoEl Mundo, CuatroTele5Público, La Sexta Noche, EiTb, Cuarto Poder , LaRioja.com ..hasta Intereconomía, han hablado de ello y sospecho que medios con escrúpulos laxos y otros que no van a debatir en profundidad sobre las consecuencias, están a punto de hacerlo.

Es un asunto en todo caso sobre el que todavía no tengo suficientemente clara mi posición y pido disculpas a quienes si la tengan. Aquí lo que me inquieta:

¿Por qué hablo de escrúpulos? La primera duda sobre la iniciativa de Jorge no tiene que ver con lo que pide, sino con el como lo pide y de que manera afecta eso a los medios. Los medios de comunicación tienen una función, pero deberían tener también una responsabilidad. En este caso, cabe la duda de si hablar de la noticia supone estimularla. Y no solo en términos informativos, que también. Pero ¿qué pasa si mañana decide seguir adelante con su huelga de hambre al verse respaldado por los medios de comunicación? ¿Qué sucede si sufre secuelas por ello? ¿sobre que conciencia va a pesar?

Otra duda tiene que ver con el tiempo que vivimos: ¿convertirán en espectáculo su salud?. La televisión banaliza aquello que retrata. Es capaz de transformar cualquier reivindicación en simple entretenimiento. Si el tema da audiencia seguirá en antena, de lo contrario desaparecerá de la parrilla. Y hay algo de complicidad en la audiencia, por lo menos en una parte de ella. Una parte no pequeña de los espectadores mantendrán su atención durante los 20 segundos de telediario y luego cambiará de canal para seguir viendo a Belén Esteban. Pero Jorge seguirá allí, en Sol. Mi crítica aquí no es con Jorge, sino sobre todo con la televisión y con una parte de la audiencia.

Hay por último otro tema, relacionado con el debate democrático que plantea rebelarse así: En lo colectivo: ¿Es democrática esa forma de protesta para forzar un cambio? ¿qué hacemos si mañana un chico Provida decide ponerse en huelga de hambre hasta que se prohíba el aborto? ¿debemos los medios dar voz también a esa protesta?
Y por otro lado, en lo individual: ¿No es una forma de chantaje moral? Obviamente nadie quiere que le ocurra nada, por lo que hay algo de coacción en esto: ¿no obliga a los demás a sentirse moralmente responsables de su salud y también de su reivindicación? El debate se ha planteado también en meneame, incluso entre personas que dicen compartir las quejas de Jorge.

Que el PP está incumpliendo su programa electoral es obvio. Que quizá deberíamos recortar los procesos electorales para votar cada dos años y evitar fraudes como el que protagoniza el gobierno es posible; Que hay razones para pedir la dimisión del ejecutivo parece bastante razonable. Ahora bien, existe un mecanismo democrático indiscutible para expulsar del sistema a quien abusa de él, y en todo caso Jorge no está pidiendo nuevos mecanismos para hacerlo, sino «la dimisión del gobierno».

Por eso, desde el respeto a la libertad de cada uno para hacer lo que desee consigo mismo, y como decía al principio, sin tener suficientemente clara mi posición todavía, me resulta fácil comprender las reticencias de la prensa.

Actualización. Esta advertencia de Víctor Alonso Rocafort, profesor de Teoría Política en la Universidad Complutense de Madrid, me resulta muy interesante: «Este caso es incomparable con, por ejemplo, las huelgas de hambre realizadas en las prisiones y que surgen de decisiones colectivas. En esos casos, los presos no tienen apenas otras opciones de resistencia. Y se suelen plantear hasta el final, como medidas de presión para mejorar situaciones de opresión muy concretas sentidas como injustas».

«La acción de Sol es una huelga de hambre que no se plantea hasta el final, sino hasta que haya la más mínima situación de riesgo –precisa Rocafort–. A diferencia de lo que sucede en las cárceles, no hay nadie que pueda comprobarla y monitorizarla, más allá de los controles del SAMUR. Introduce asimismo un elemento personalista a partir de la generación de un tipo de afectos más ligados a la sociedad del espectáculo que a promover una política. (…) Recordemos, además, que una huelga de hambre es una acción desesperada que trata de provocar en la gente afectos como la lástima y, donde se quiera o no, promueve en determinadas personas el impulso de imitar la acción, poniendo así sobre la mesa el ‘no te vas a dañar tú solo como forma de protesta’. El caso de Sol no surge de ningún colectivo ni de ninguna experiencia de lucha previa (…)».

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15 Replica a este post
  1. Respecto a tu primera «duda»… por respeto a Jorge y sus compañeros creo sobra el «paternalismo». En cuanto a la segunda, los medios tienen la obligación de informar sobre lo que pasa. No a censurar la realidad. El principal motivo de la Huelga es visibilizar una protesta también en los medios. Los medios al servicio del espectáculo y entretenimiento perversos se combaten con información veraz de lo que está pasando. Por último la Huelga de Hambre tiene una tradición de lucha dentro del pacifismo. Deberías pedir a Ghandi que te explique como «coaccionó» a sus compatriotas y al Imperio Británico con sus infinitas huelgas de hambre.
    Como final añado que me quedo estupefacta por la falta de respeto ante la seriedad y valentía del gesto heroico de Jorge Arzuága y sus compañeros.

  2. Hola, estoy en desacuerdo contigo. Si los medios de des- información deciden dar a conocer la noticia tal cómo es, sería estupendo. Es informar «lo que pide y cómo lo pide», nada más ni nada menos. Todos los días estamos viendo niños destrozados por la guerra y podría escribir lo que se ve y se escucha desde los medios de comunicación con toda clase de noticias tan graves como lo que está haciendo Jorge, pero claro eso pasa en el Medio Oriente…qué horror! Coincido contigo que desde las libertad cada uno puede hacer lo que quiera sin afectar al otro. Agotados los mecanismos por vía ortodoxa: marchas, pedidos, protestas y tantas movidas para pedir y exigir «la dimisión del gobierno» por sobradas razones, no queda otra cosa que obrar con lo que se puede: Elegir el derecho a protestar, cómo y de qué manera.

    Un saludo,

    Griselda

  3. Fernando,
    Siento decirte que en esta ocasión estoy en total desacuerdo contigo.

    Tus dudas son muy respetables, pero algunas de ellas creo que las resolverías si te acercaras a Sol y hablaras con ellos.

    Hablar de «chantaje moral» y de «coacción» me parece bastante alejado de la realidad.

    Todo mi apoyo a Jorge, Alex, Gisela, Alejandro, Frank, Juanma.
    Son unos valientes y somos nosotros los que no nos los merecemos.
    Un fuerte abrazo

  4. Respecto a tu tercer párrafo, denunciar la censura es perfectamente exacto, pues esos medios que citas se limitaron a informar (algunos, de una manera lamentable) durante los 3-4 primeros días de la huelga, como una cosa anecdótica y jijí, jajá. En cuanto se vio que el asunto iba en serio, ni una palabra. De los que citas, los únicos que han hecho un buen trabajo han sido Cuarto Poder, que no es precisamente un medio «de masas».
    Pero esto no es nuevo ni ha ocurrido exclusivamente con Jorge. Mira Jaque al Rey.

    Sobre tu primer escrúpulo: como bien dice Diana, sobra el paternalismo. Vosotros no sois quiénes para decidir qué ha de publicarse o qué no. Ha de publicarse TODO lo que sea noticia. ¿Por qué se publican sin problemas los casos de asesinatos de mujeres? ¿O los de la niña Asunta, o tantos otros? ¿Ahí no hay riesgo de «estímulo», de contagio? Recordarás que de la huelga de hambre de De Juana Chaos se informó con pelos y señales.
    Y sobre la segunda parte, Jorge y los demás se han hartado de repetir que detendrán la huelga en el momento en el que esta suponga un riesgo para su salud.

    Segundo escrúpulo: según eso, no podría hablarse de las niñas de Alcácer ni de ningún otro «suceso». La TV que tenemos es una porquería y lo banaliza y frivoliza con todo. Además, no hablamos sólo de la TV: lo mismo ha sido en prensa escrita.

    Tercer escrúpulo: es que no es nada nuevo, que los presos etarras llevan poniéndose en huelga de hambre desde hace un montón de años. Y de nuevo, como bien dice Diana (gran comentario el suyo), ¿qué pasa, que si Gandhi hubiera sido español, lo habríais silenciado? De la huelga de hambre de los presos en Guantánamo sí se informó.

    Basta de paternalismos ridículos. El periodista debe informar de la realidad, y eso no significa que esté de acuerdo con aquello de lo que está informando. Si actúa de otra manera, no merece llamarse periodista.

    • Sobre lo que apuntas ya me he expresado en mi post. Y sobre el tono, creo que podías haber expresado lo mismo en un tono más cordial. Se puede discrepar sin descalificar. En todo caso insisto: 1) los medios de comunicación son – o deberían ser más- responsables sobre lo que informan. 2) qué es y qué no es noticia es siempre un criterio subjetivo. 3) el riesgo de tratar ciertos temas es que terminas amplificándolos y dándoles un dimensión diferente a la q tenían. 4) no conviene aceptar presiones sobre las cosas acerca de las que escribir o no.

      • Hola, Fernando:

        Creo que no te he descalificado, pero si lo has entendido así, te pido disculpas. Nada más lejos de mi intención (te sigo, admiro y respeto).

        Ahora que releo mi comentario, es cierto que puede parecer algo brusco. En mi descargo diré que el tema (no ya el de esta huelga de hambre, sino el pésimo periodismo -con excepciones- que se practica en este país) me calienta bastante, y quizá por eso me haya expresado con más vehemencia de la que suelo.
        Si te has sentido atacado, mil perdones, y espero que no me lo tengas en cuenta ;)

        Un abrazo.

  5. No seré yo quien apoye a este gobierno, pero mal vamos cuando se pretende que las reglas del juego democrático se plieguen ante las pretensiones de unos pocos, por muy noble que sea su causa. Cuando se pongan en huelga de hambre en Sol el mismo número de personas, (como mínimo), que otorgó al PP legitimidad para hacer lo que está haciendo con su voto, hablaremos de «forzar la dimisión del gobierno».

  6. Pues para llevar ya, hasta la fecha, 27 días en huelga de hambre… no sé. Lo veo muy lustroso y lozano. ¿Alguien sabe el efecto en el cuerpo humano después de llevar 27 DÍAS SIN COMER. Que estamos hablando de 27 DÍAS; sólo bebiendo agua, acuarius y vitaminas y minerales, supongo.

    Que este señor está ya en la tercera y última fase de la huelga de hambre y que dicha etapa comienza a partir del vigésimo día de ayuno: según la wikipedia, se produce un gran adelgazamiento y una gran debilidad. A partir del trigésimo día, la desnutrición afecta a todos los sistemas y comienza a experimentarse un cansancio desmesurado que prácticamente impide hablar. Ya a partir de los cuarenta o cincuenta días, el deterioro se hace notable por el desgaste físico, produciendo inmovilidad y llegando a producir pérdidas de consciencia por la falta de energía.

    En la huelga de hambre, la muerte llega entre el día 60 y el día 90 del comienzo de la misma.

    No sé… igual es cosa mía, pero no veo yo a este señor con una gran debilidad y un gran adelgazamiento.