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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

Tal y como decía ayer, la de los 400 de Zapatero me parece una buena medida.

Hay quien dice que esta no es una medida progresista porque a los que tienen pasta también se les va a devolver esa cantidad. España es una país con una gran cantidad de gente de clase media-alta. Para ellos, en efecto, 400 Euros no son lo mismo que para un mileurista, pero la «universalidad» de la medida no debería ser razón suficiente para cuestionarla. Siguiendo esa línea argumental deberíamos replantearnos también la sanidad universal, la educación universal, así como otras promesas progresistas.

 Por otra parte, yo no conozco a ningún rico que trabaje en nómina para una empresa. Sospecho que casi todos ellos no pagan el 43% de IRPF que les correspondería si cobraran de esa forma. La mayor parte de la gente con dinero que se está utilizando como ejemplo en estos días tiene sus propias empresas y gestiona su capital de forma mucho menos ortodoxa.

En lo que a la derecha se refiere, tiene gracia que hace unas semanas estuvieran alertando por las esquinas de la subida en  la cesta de la compra y ahora les parezca que los 400 euros de Zapatero debieran tener otro destino diferente al del bolsillo ciudadano.

Así que, como dice Luis Solana:

Claro que es bueno que nos devuelvan esos 400 euros. Claro que es progresistas que nos devuelvan 400 euros. Claro que ayuda a remontar la crisis económica ….

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2 Replica a este post
  1. Discrepo.

    La analogía con la educación o la sanidad me parece fallida. Entre otras razones, porque la educación universal gratuita es una forma de limitar el fenómeno de educación de primera y de segunda. Lo mismo con la sanidad. En cierto modo, es una forma de democratizar ciertas prestaciones sociales básicas, evitando la estratificación de la sociedad.

    Bajo mi punto de vista, los 400? pueden tener dos objetivos legítimos (y otros ilegítimos): 1) ayudar a la gente con dificultades económicas y 2) favorecer el consumo y reactivar la economía.

    Lo primero se consigue si la prestación va solo a los más necesitados, lo cual es incompatible con la universalidad de los 400?. En cuanto a la segunda, ocurre algo parecido. Si el dinero va a gente con necesidades, estos lo gastaran. De nuevo la universalidad de la ayuda es un impedimento: la gente de rentas medias o altas ??que no pasa estrecheces?? no gastará el 100% de la ayuda, y destinará parte al ahorro.