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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

Leo que la política de la Ministra Cristina Garmendia se basará fundamentalmente en aproximar la empresa privada a los investigadores y a la universidad. Esto en principio nos convierte en un país más fuerte empresarialmente pero también tiene riesgos.

Las empresas financian cosas rentables, es su naturaleza. ¿Que pasa entonces cuando el objeto de la investigación no lo es?. Por ejemplo, la Federación Española de Enfermedades Raras denuncia las dificultades que tienen para acceder a medicamentos, especialistas, e investigaciones de sus necesidades.

Una farmaceutica siempre preferirá investigar una patología que afecte a miles de personas que una que afecte a poca gente ¿es conveniente entonces dejar la financiación en sus manos? Sucede algo parecido con aquellos asuntos que tienen cierta trascendencia moral -celulas madre, por ejemplo- cuya financiación resultará realmente complicada y eso por no hablar de aquellas otras investigaciones controladas por los lobbies -petróleo, transgénicos-

Las aportaciones de las empresas a la sociedad, -como la eficacia, velocidad, flixibilidad etc-, siempre son positivas. Pero es adecuado y es más progresista que la financiación sea objeto del control público… ¿Como combinar ambas cosas? ¿Como garantizar la independencia de las  investigaciones y fomentar que se investigue en áreas poco rentables en términos económicos, pero necesarias socialmente?

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1 replica a este post
  1. Vamos a ver, creo que se están confundiendo los términos. Lo que se tiene que intentar no es que la investigación pública desplace a la privada, sino que la complemente. Las universidades e instituciones públicas como el CSIC van a seguir ahí, pero hace falta que nuestras empresas apuesten por la investigación porque tienen que competir con países donde la mano de obra es mucho más barata. Con eso no podemos competir a menos que nuestros productos tengan un valor añadido, es decir, no sean lo mismo. Y ahí interviene la apuesta de nuestras empresas por la investigación y la innovación. La investigación básica se seguirá produciendo en los organismos públicos que no dependen tanto de la productividad de los resultados.

    Así ocurre en otros países de Europa