Clara Campoamor, la histórica abogada, escritora y política feminista, se ha convertido en la primera mujer en incorporarse a la galería de retratos de políticos ilustres del vestíbulo principal del Congreso de los Diputados. La cámara española le ha rendido homenaje e inaugurado con ella el reconocimiento a otras ocho mujeres destacadas en la democracia española, las primeras diputadas. Sin embargo, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica ha denunciado que el Congreso homenajee a Campoamor… colgando su retrato al lado de los de quienes presidieron las Cortes durante el franquismo y la obligaron a exiliarse. Emilio Silva, presidente de la ARMH explica en el programa La Cafetera de Radiocable.com que han pedido que se retiren los retratos  de estos presidentes «nombrados a dedo por Franco» porque consideran que evidencia una «cultura política intoxicada de la democracia de convivir con el verdugo como si fuera normal».


Emilio Silva apunta que lo sucedido con el retrato de Clara Campoamor «refleja perfectamente muchas de las políticas de memoria que se hacen aquí y que son reflejo de los acuerdos de la transición. Consideraron que todo era válido. Ser dirigente de una dictadura, haber participar en un golpe de estado, era lo mismo que haber tratado de impedir esa dictadura y haber combatido un golpe de estado.» Resalta que el acto en el Congreso de los Diputados en el que participó la presidenta Francina Armengol, presentó el retrato de Clara Campoamor como un símbolo de la lucha por el voto femenino, pero señala que es «paradójico» que se haga este homenaje cuando hay una ley que dice que los retratos o las exaltaciones de miembros de la dictadura franquista no deben hacerse.

«Pero hay un pasillo de presidentes y presidentas del Congreso de los Diputados con sus retratos y allí están los de cuatro presidentes que no fueron elegidos como resultado de unas elecciones democráticas. Los cuatro participaron en el golpe de estado en 1936 para asaltar un gobierno elegido democráticamente, tumbarlo y construir esa dictadura de 40 años.», apunta el presidente de la ARMH.

Recuerda que Clara Campoamor sale de España en 1936 y muere en el exilio en Suiza sin poder volver a pisar su país por las decisiones de un gobierno con estos presidentes de la Cámara «nombrados a dedo por Franco». Por eso han presentado una queja y han pedido que sean retirados los retratos de los presidentes franquistas «para que no estén allí representados a la par que gente que ha sido elegida democráticamente y no participó en un golpe de estado o apoyando a un régimen que cometió graves violaciones de derechos humanos».

Silva denuncia que esta situación refleja una «cultura política intoxicada de la democracia de convivir con el verdugo como si fuera normal». Y traza un símil preguntándose si a alguien se le ocurriría poner el retrato de un diputado del Parlamento Vasco vinculado a acciones terroristas junto al de una víctima de ETA o que hubiera en el Bundestag alemán un retrato de alguien que hubiera presidido este parlamento con los nazis. Y denuncia: «Esto se ve muy claro en otras instituciones y en otros casos, pero aquí vemos la docilidad todavía hoy, 50 años después de la muerte del dictador, la buena vida que tienen los símbolos del franquismo en una democracia recuperada hace 48 años». Y considera que es «lamentable» y que demuestra es «lo lejos que están las víctimas del franquismo de que se las reconozca y valore».

[Intervención completa de Emilio Silva]

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