El seasteading (que mezcla los terminos en ingles mar y colonización) es un movimiento que aboga por crear viviendas permanentes en el mar, llamadas seasteads, que queden fuera de los territorios en los que los gobiernos de cualquier nación tienen jurisdicción. Es el ideal del movimiento libertario: tener un lugar al margen del control de los estados donde experimentar sistemas sociales, políticos y jurídicos alternativos.

Y la primera ciudad flotante puede estar más cerca de hacerse realidad. Un estudio holandés ha terminado y presentado  el dossier de desarrollo del proyecto y se ha elegido el diseño ganador. Este de Andras Goyorfi.

(Foto: Flickr/Seasteading Institute)

Los partidarios de este movimiento se han organizado en The Seasteading Institute creado por Wayne Gramlich, uno de los primeros en usar y promocionar el concepto en 1998 y Patri Frieedman, ex ingeniero de Google y nieto de Milton Friedman, el Nobel de Economia y padre de las teorías neoliberales. Fundado en 2008, el Instituto ha atraído a muchos y variopintos perfiles. El fundador de PayPal Peter Thiel, por ejemplo les donó 1,25 millones de dólares en 2009 para que desarrollaran esta «utopía».

Y también se han interesado por el proyecto ingenieros, arquitectos y constructores. Incluso el MIT. En estos años han circulado diversos y futuristas diseños de islas flotantes.

(Foto: Flickr/Seasteadingmedia)

Aunque quien más ha desarrollado el concepto de Seasteading es el estudio holandes de ingenieria y desarrollo urbano DeltaSync que ofrece un completo dossier de alternativas «realizables» para aldeas flotantes de 225 residentes permanente y hoteles. Su propuesta es que los primeros habitantes vivan en pisos de 70 metros cuadrados, con terrazas abiertas al mar. Recurririan a la energía solar para conseguir electricidad y a la lluvia para el suministro de agua.

El Seasteading Institute pide la colaboración de los interesados, tanto económica, a través del crowdfunding, como con sugerencias. Aun les queda elegir la ubicación del proyecto -curiosamente a pesar de su filosofia se plantean que la primera isla se ancle en una bahia protegida en una nación «de acogida» e iniciar la construcción. Pero ya están  incluso buscando a los pioneros dispuestos a «mudarse» a la primera isla flotante y autónoma del mundo. Lo llaman la Revolución azul.

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