Barack Obama

En enero de 2008 Danielle Allen recibió un email anónimo en el que se aseguraba que el candidato demócrata profesaba en secreto la fe musulmana. Era uno de esos rumores que se propaga a la velocidad de la luz en Internet y que sigue, pese a haberse demostrado su falsedad, haciendo daño a la candidatura de Obama. A Allen le indignó y a pesar de la creencia popular que dice que nunca se averigua quien inicia estas cadenas, se puso a investigar su procedencia… y ha logrado determinar de donde salió y cómo se propagó. Ella misma lo ha explicado en el Washington Post. [ESCUCHAR]

La doctora Danielle Allen es investigadora del prestigioso Institute for Advanced Study y experta en teorias políticas. Apoya la candidatura de Obama y le conoció cuando fue decana de la Universidad de Chicago. Por eso se propuso averiguar como luchar contra la propagación de esta clase de rumores que pueden ser -y en otras convocatorias lo han sido- desvastadores para las aspiraciones de los candidatos.

El artículo del Washington Post

Lo primero que estudió fue la mecánica de Internet. Y con la ayuda de expertos se dió cuenta de que para que un mensaje en cadena tenga esta clase de difusión requiere mucho trabajo. Tiene que ser plausible y aprovechar alguna vulnerabilidad. En el caso de Obama su nombre, su infancia en Indonesia, su padre extranjero y su repentina aparición en la escena pública eran un «excelente abono» para ello.

Allen empezó buscando en las otras direcciones de email que habían rebotado el mensaje, pero no obtuvo resultados. Luego hizo busquedas de texto vía Google y encontró rastros del rumor publicados en enero de 2008. Luego fue profundizando en esos mensajes y remontándose todavía unos años más atrás, averiguó el nombre de la primera persona que firmó un artículo insinuando que Obama era musulman: Andy Martin.

Se trata de un oponente político de Chicago que intentó presentarse contra Obama por el puesto de senador en 2004. Además Martin es responsable de un periódico on line que incluye una extensa lista de correo. Escribió un artículo en el que aseguraba que el demócrata debía ser musulman, que su padre lo había sido y que por las normas de esta religión, eso significaba que Barack nació como musulman. Publico su reflexión en Internet en 2004 y se la envió a unos cuantos bloggers, aunque asegura que él no tuvo nada que ver con la cadena de emails.

Aunque los argumentos de Martin fueron desmontados por varios expertos, gente como Andrew Walden, fundador de un periódico de Hawai que presume de dar las historia que nadie cuenta, o Ted Sampley publicaron artículos sobre ello cuando Obama hizo oficial su candidatura a la presidencia. Y siempre que aparecía una historia sobre su islamismo, Danielle Allen comprobó que la misma se recogía en Free Republic, una especie de foro de discusión on line conservador.

Y en esta web descubrió a usuarios que siempre participaba en las discusiones sobre la fe del senador de Illinois: «Beckwith», un veterano de Boston, que repetía en sus comentarios palabra por palabra varias de las frases incluídas en el email que inició la cadena y «Eva», una maestra de Washington que asegura haber investigado para desmontar la credibilidad de Obama. Aunque ambos también niegan haber sido los autores del email.

Pero en realidad, Danielle Allen cree que todos son en parte responsables. «Internet ha cambiado la forma de generar rumores dañinos, un recurso político que data de Maquiavelo. Ahora la labor de generarlos se divide y distribuye entre diferentes grupos cuyas identidades son secretas incluso entre ellos. Un primer grupo publica artículos que crean la base para el ataque, mientras el segundo hace recircular esos comentarios sin que nadie se lo pida. Nadie coordina los roles, todos se mueven con un banco de peces con una misma meta. Cada uno por separado, pero en bloque».

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