El periodista James Badcock, que escribe para The Telegraph y la BBC, señala en radiocable.com que España ha vivido casi una situación de «emergencia social» por el auge a máximos del precio de la luz, pero cree que se percibe una «especie de respuesta política». En este sentido subraya cómo el ministro Álvaro Nadal se ha «prestado» a dar explicaciones y buscar soluciones. Y cree que aunque el gobierno ha explicado bien las causas del aumento del precio, la «eficacia no está siguiendo a este talante». Califica de «rotundo fracaso» el intento de intervenir en el precio del gas para bajar el de la luz y señala que con estas actuaciones, el gobierno parece haber reconocido tácitamente que no tiene control sobre el mecanismo de precios y que no está dispuesto a gastar fondos del Estado para intervenir más directamente.

James Badcock apunta que España ha vivido con el alza del precio de la luz: «una sensación casi de emergencia social. Incluso ha habido una especie de respuesta política por parte del gobierno porque el precio ha subido muchísimo justo en la cuesta de enero. Y hemos visto cómo el ministro de Energía se ha prestado a buscar soluciones y a hablar del tema. Aunque de momento parece que todos sus esfuerzos no consiguen cambiar nada. Y luego las explicaciones que escuchamos, no nos hacen entender muy bien cómo funciona el sistema y creo que ese es el gran problema. De ahí las voces en la oposición que piden que se explique mejor cómo funciona y se haga un inventario del sistema eléctricos y de precios».

El corresponsal afirma en cualquier caso que él tiene la sensación de que la electricidad en España es cara: «He vivido en dos etapas aquí. Una en los años 90 que llegue de Reino Unido y nada me pareció caro. Era otra época y había otra moneda. Pero en esta segunda época, y ya llevo 12 años, he visto subir muchísimo los precios y estoy convencido de que cuesta más que en Reino Unido en términos brutos. Y comparando la renta media, que en España es mucho más baja, me parecen muy caras las facturas de luz y gas.»

En cuanto a la actuación del gobierno ante la alarma social provocada, apunta: «Creo que se ha explicado bastante bien, haciendo hincapié en las causas. Y se puede entender. Parece que ha habido una concatenación de muchas cosas a la vez: problemas en Argelia o con las nucleares en Francia, la falta de viento y lluvia, el frio… En eso sí. Pero luego dijeron que iban a usar el mecanismo de intervenir en el precio del gas para bajar los precios… y no ha funcionado. Ha sido un fracaso rotundo y han terminado diciendo que no tienen control sobre el mecanismo de precios y reconociendo tácitamente que no están dispuestos a sacar dinero de los fondos del Estado para intervenir más directamente. Creo que se han concienciado de que tienen que explicar bien las cosas, mejor que antes porque ya no tienen mayoría, y el ministro va al congreso voluntariamente, pero la eficacia no está siguiendo al talante de explicar.»

James Badcock también valora el impacto de los actuales precios sobre el problema de la pobreza energética: «Los precios de luz y gas son casi como impuestos indirectos. La mayoría de las casas tienen facturas parecidas. Hay una especie de mínimo que hay que gastar para iluminar y calentar a un nivel razonable. Pero esto para la gente que gana muy poco o vive con una pensión pequeña es terrible y un drama si tu factura sube de 30 a 50 euros. Así que es un tema que debería estar presente. Y el gobierno está intentando hacer movimientos, porque se ha visto que es un tema con capacidad para unir a los otros partidos en su contra. Por eso ha dado pasos para garantizar que no haya casos como el de Rosa en Reus que murió en un incendio por usar velas.»

James Badcock es el corresponsal en España del Telegraph desde principios de 2015, pero es también colaborador o ha escrito para la BBC, Newsweek, Foreign Policy o The Guardian. Fue asimismo coordinador de la versión en inglés de El País. Ha escrito y puesto el foco en asuntos como la pobreza energética, el olvido a las víctimas de la Talidomida, la polémica por la pensión de veteranos de la División Azul o el liderazgo mundial de España en donación de órganos. Y ha señalado cómo la implicación internacional de España no se corresponde con su peso.

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