«Los muertos al final terminan hablando», dice Juan Diego Botto en radiocable.com . Para el actor hispano-argentino Juan Diego Botto, el auto de Garzón es un acontecimiento histórico:

«es algo que debiera haberse hecho hace mucho tiempo. Y es algo -señala- que debería haber partido de gobierno e instituciones. Es una deuda pendiente»

España ha iniciado otros procesos contra dictadores latinoamericanos. Esos procesos, añade, han sido muy bien recibidos allí, sin embargo «visto desde el otro lado del atlántico era una contradicción de dificil encaje que aquí no se hubiera juzgado aún a la dictadura» :

«Cuando yo trato de explicar fuera que casi toda la gente aquí sabe donde están sus antepasados… La gente, no lo comprende. La cultura del silencio en este país es muy dificil de explicar y es algo que llama poderosamente la atención. Aquí hay tres o cuatro veces más desaparecidos que en Argentina. Son demasiados. Cuando un país esta regado de muertos terminan saliendo a la luz…»

En la entrevista, el actor, apunta algunos paralelismos entre la situación española y la argentina :

«Las declaraciones de Esperanza Aguirre, me recordaba tanto a las declaraciones que se hacían al principio, cuando empezaban a salir las madres de mayo. Me recordaba tanto, a esa intención de entonces, como medio en broma de acusarlas de dementes, de decir esto es un chiste, esto es una broma, ¿como va a haber en este pais desaparecidos? esto es algo que no merece la pena tratar… Me recordaba tanto a la actitud de la derecha en Argentina. […] En poco tiempo allí esa gente ha quedado muy aislada.

«Yo me imaginaba…si se vieran manifestaciones como las de allí donde cada uno portara la foto de su familiar desaparecido… Treinta mil son muchos [desaparecidos en argentina], pero es que cien mil son muchos más…»

Juan Diego Botto habla para radiocable.com en su doble condición: como ciudadano, siempre comprometido socialmente, y como víctima de la dictadura argentina:

«mi padre fue detenido el 21 de marzo del 77 en Buenos Aires y no supimos nada mas. Mi familia tuvo que exiliarse del país y se vino a vivir a España cuando yo tenía cuatro años. Muchos años más tarde me contaron que mi padre fue visto en la Escuela de Mecánica de la Armada y su final más probable es que fuera arrojado al Rio de la Plata desde un avión, y eso es todo lo que sabemos…»

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