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Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Nos tememos que no se está midiendo bien lo que está ocurriendo. Nos tememos que los gobiernos que han lanzado esos enormes salvavidas económicos a los bancos no están valorando adecuadamente la magnitud del compromiso que han adquirido con la gente. Si, como hasta el momento está ocurriendo, ninguno de esos esfuerzos excepcionales está evitando el incremento galopante del paro, ni la cascada de cierres de empresas, si no está ofreciendo la menor confianza a los inversores, la ayuda a los bancos es material de alto riesgo. Cuando se añade que el apoyo de los estados a los bancos no surte los efectos deseados porque ahora ya no es eso, que ahora lo que pasa es que nos cerca la recesión, los ciudadanos se preguntan a quién salva entonces un salvavidas tan escandalosamente caro. En España, el oxígeno en efectivo a empresas y particulares sigue sin llegar, y es muy urgente que llegue y que se vea. El procedimiento está pautado, se nos dice, y ha de cumplirse con meticulosidad. De acuerdo, naturalmente, pero si todo está siendo extraordinario, también debían haberlo sido los trámites, aunque tuvieran que trabajar en jornada doble los expertos, los consejeros de Estado y los funcionarios necesarios. Es un momento delicado y hay que tener muy afinado el oído social. Esta crisis tiene demasiados ingredientes muy inflamables. El número de damnificados no para de crecer, y cada día se habla menos de castigar a los responsables -hoy sí lo ha hecho Joaquín Almunia-, como si un fatum, destino fatal, hubiera sido el gran culpable. Y cuando los ciudadanos repasan, ven que siguen en sus puestos todos los responsables económicos en todo el mundo… Demasiadas cosas que no se entienden, demasiada estopa cerca de las llamas.»

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