El proyecto europeo FracRisk busca abordar y estudiar las preocupaciones ambientales que suscita la fracturación hidráulica o “fracking” para  ofrecer datos que permitan elaborar una regulación común en toda la Unión Europea. Lo lleva a cabo un consorcio de más de una decena de instituciones académicas europeas coordinadas por la Universidad de Edimburgo. España participa a través del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua que depende del CSIC.

(Foto: Flickr/Joseluisrds)

El “fracking” es una técnica que posibilita o aumenta la extracción de gas y petróleo de formaciones muy poco permeables del subsuelo en el que se emplea la inyección de grandes cantidades de agua y productos químicos para abrir la brecha, normalmente en pozos ya existentes. Aunque se usa desde 1947, en los últimos años ha crecido de forma tan desmesurada que está provocando debate y un gran rechazo social y preocupación ambiental.

FracRisk  pretenden abordar todas estas cuestiones a través de un mejor conocimiento y control del proceso de fracturación y sus efectos ambientales. La labor del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua, según detalla InnovaSpain, será la de ofrecer simulaciones numéricas que muestran en el ordenador los procesos que tienen lugar cuando se inyecta a alta presión, tanto la rotura de la roca como el transporte de contaminantes la mezcla con el agua de los acuíferos subterráneos.

Está previsto recopilar datos, desarrollar modelos, identificar y evaluar los impactos y riesgos de las diferentes técnicas de exploración y explotación del medio ambiente tanto en acuíferos subterráneos como en superficie y el establecimiento de las recomendaciones científicas para las mejores prácticas. También se ofrecerá una recomendación para elaborar una regulación común en toda la UE. FracRisk se desarrollará hasta junio de 2018 y tiene un presupuesto de 3 millones de euros.

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