Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Algunos tenían demasiada prisa. Algunos llevaban desde ayer empujando a Rajoy, acompañándole con palmadas en la espalda hacia la salida. La urgencia no venía a cuento. Lo normal es que un partido importante, si no ha sufrido un descalabro, tome decisiones serenamente, dándose un tiempo.

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Eso era lo lógico y es lo que ha ocurrido. La atmósfera de urgencia había sido creada por razones interesadas desde dentro de sus filas, y es conveniente saberlo. Veamos: desde el primer día, Rajoy ha sido zarandeado por los sectores más radicales de la derecha hasta hacer de él un líder extremado. Hace unos meses, Rajoy cambió tono y estilo. El mono azul de dinamitero no le parecía atuendo para presentarse a las elecciones, y regresó al terno de caballero prudente. En los debates con Zapatero volvió a oler a pólvora. Tanto viraje transparentaba, más allá de su carácter o temperamento personal, la desorientación espacial de su partido. ¿Cuál de las puertas corresponde a su casa, la del centro, la del centro derecha, la de la derecha, la de la extrema derecha?. ¿Qué timbre debe tocar?. O, lo que es lo mismo, ¿debe la oposición continuar con su política de demolición y obstruccionismo, en todo y siempre, aunque la atmósfera nacional se haga irrespirable, y buscarse un líder más feroz?. O ¿ha de cambiar de política y ocuparse en hacerse atractiva para el país?. ¿Cuál de los dos caminos conduce a la victoria?. Algunos no quieren que se plantee este debate porque decidieron hace tiempo ideología, estrategia y táctica. Y ya tienen claros los nombres propios adecuados. Esos son los que empujan, los que tienen prisa, para que nadie tenga tiempo de preguntarse si los que empujan no son precisamente el problema.»

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