Esperanza no puede, pero Rajoy tampoco, tener al partido en vilo, en la agresión sin tregua, y dedicarse a la puya indirecta donde somos nosotros, los medios, quienes estamos haciendo su trabajo. Oímos a Rajoy: ??Quien quiera irse al partido liberal…?? y traducimos: ??Rajoy invita a Esperanza a dejar el partido??. Preguntamos: – ¿Competirá con Rajoy?. Ella contesta: ?? Tienen que darse las cartas, aún no se han dado. A punto de cerrar 59 segundos. ?? ¿¡Puede decir si tiene intención firme o no de presentarse!?. Y ella: ??- Inamovible, inquebrantable, de este agua no beberé… qué se yo??. ¿Qué se yo? ¿Podría hablar más claro?

La derecha, impasible, no respira, y el resto, a punto estamos de soltar algún taco: ¿Le importaría, de una puñetera vez…?. Menudo circo errático buscando un sitio, ¿De verdad quiere Aguirre hablar de ideología? ¿Y desde dónde?. Entre mis contradicciones, dos. Durante una milésima de segundo pensé que si presenta su candidatura, y gana, sería la primera mujer, desde un partido fuerte, en ocupar el poder sin nombramientos previos, sin que un hombre le ceda amablemente el sitio.

Luego me acordé de su mandato déspota, aquello de ??dime, Espe, con quién andas??, de la teoría liberal con prácticas de El Padrino, léase: la victoria del tamayazo, el director de urbanismo que dimite, ??Telemadrid no resiste?? porque ya la han tomado, su número tres (Granados) que despierta con el Mini, a nombre de una constructora, ardiendo en el garaje, o el número dos (González), que adjudica lo público a las empresas privadas de su hermano.

Y nosotros, ¿Qué hacemos?, ¿Nos lo tomamos a  broma o escuchamos atentos?, ¿Será verdad que a cada movimiento del PP le corresponde una verdad de partido?. Hay un buen resumen en la portada del pasado domingo de El País: de cómo entienden la política según ??el puesto de poder que cada uno merece?? y la influencia de España bajo la máxima ??el triunfo de Berlusconi es el ejemplo de que Zapatero esta sólo en Europa??. Ay, herencia de las Azores, de aquellos polvos… Qué razón tienen las madres: Todo se paga.

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