Ayer en «Hoy» de CNN (lunes a viernes de 22:00 a 24:00) Juan Ignacio Crespo, el «dedo índice» del informativo, ha sugerido una idea que Iñaki no ha tenido tiempo de explicar. Simplemente puede mostrar indignación para comunicar su repulsa, y pasar al siguiente tema.

La fórmula del programa, para el que no lo haya visto, es ver la actualidad con detalle, pero de forma rápida, eficiente y profunda. Esa fórmula, en manos de Gabilondo, le da a este informativo diario de dos horas de duración un enorme dinamismo sin perder la concreción y la necesidad de profundización que cada tema merece. Aunque también le imprime una cierta dificultad intelectual, alejada de los sensacionalismos, que sesgará su audiencia.

Crespo ha defendido que la tesis de Felipe González expresada en la entrevista de El País es simplista «las cosas no son tan simples, lamentablemente son más complicadas». Iñaki le ha interpelado resumiendo la idea de González: «si los Estados le prestan el dinero del contribuyente a los bancos, y ahora los bancos no quieren prestarlo de vuelta a los Estados, si no que lo se nos pide es que devolvamos parte de lo que nos tenían prestado, provaca una situación cuando menos irónica». Sin embargo, Crespo añade: «claro, el problema es que no todos los bancos han sido rescatados (esto sería especialemente injusto con los gigantes Españoles). Y nada de esto exime de la devolución de los préstamos».

La discusión, meollo del asunto que nos conducirá a la ruina de nuestra civilización, ha sido zanjada por Iñaki, que estaba pasando a la entrevista con Cristobal Halffter (fantástica), casi enfadado diciendo «que al final siempre pagan los mismos». Crespo lo ha dejado claro: si el sistema no cambia (todo el sistema, y para tal eventualidad no tenemos ni marco, ni modelo), lo que debiera pasar (y no pasará) es que «los paises como Alemania y China puedan endeudarse, y otros como España o Australia devuelvan deuda».

Estaría bien que la próxima vez que el ex Presidente vaya al programa intercambie sus tesis con gente como Crespo para entender mejor qué demonios está pasando, y qué demonios podemos pensar y defender los ciudadanos.

Lo dicho, el regusto de un programa informativo de una calidad inusitada en nuestro entorno, si logra mantenerse en el tiempo, hará del él un programa mítico en el futuro; una suerte de Informe Semanal de principios del siglo XXI.

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