El proyecto elegido para resignificar Cuelgamuros recibido con críticas

La propuesta «La base y la cruz» ha sido la ganadora del concurso internacional que convocó el gobierno español para resignificar el mausoleo franquista anteriormente conocido como Valle de los Caídos. El proyecto elegido asegura que «intentará convertirlo en un lugar de diálogo y pluralidad»… pero la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica se ha mostrado muy crítica con todo el proceso. Emilio Silva, su presidente, explicaba en el programa La Cafetera de Radiocable.com que: «lo que necesita el Valle es una explicación no una intervención arquitectónica de 30 millones». Se muestra además en contra de alterar una estructura que levantaron presos políticos y traza un símil: » Los campos de concentración nazis no se alteran, no se les va poniendo allí cosas. Nadie parte en dos uno de los barracones de Mathausen».

[Intervención completa de Emilio Silva]

El jurado seleccionó, entre los 10 grupos de  arquitectos finalistas, una propuesta denominada ‘La base y la cruz’ como ganadora del concurso internacional de ideas que el Gobierno español convocó para transformar el mausoleo franquista en un lugar de memoria. El proyecto defiende intentar convertir Cuelgamuros en «un lugar de diálogo y pluralidad» y plantea un patio circular como “espacio de acogida” frente al eje “autoritario” y una grieta simbólica. Pero no ha gustado a la ARMH.

Emilio Silva, que ya pidió la suspensión del concurso, asegura que le parece «muy mal» todo el proceso: «Lo que necesita el Valle es una explicación. No necesita gastar 30 millones de euros para hacer una intervención arquitectónica, que es meter todavía más dinero en un lugar como ese. Con todos los respetos y aunque puede sonar demagógico, el gobierno suma a miles de personas que no tiene identificadas y esos 30 m000ones deberían ir dedicados a buscar esas familias y que deje de morir gente esperando».

Sobre el proyecto ganador «la base y la cruz» asegura que no le parece bien la «grieta» que se pretende hacer: «quieren dividir la basílica y lo que es la esplanada que hay delante en un dos especies de mitades. Y para esa grieta uno puede hacer mucha filosofía pero a mí no me parece bien que se rompa lo que hicieron. con sus manos los presos políticos. Me parece que eso no puede ser destruido… No creo que nadie de ningún estudio de arquitectura tenga derecho a alterarlo porque ahí está ese sufrimiento y esas piedras tienen la historia de quienes lo hicieron.» Recuerda además que el lugar es un cementerio y fue un campo de concentración y señala: «Los campos de concentración nazis no se alteran, no se les va poniendo allí cosas. Nadie parte en dos uno de los barracones de Mathausen… Tiene su propia historia y precisamente lugares donde ha ocurrido todo ese sufrimiento hay que conservarlos como quedaron, como lo hicieron las manos de los presos políticos que estuvieron allí.»

Desde la ARMH también se critica el plan de resignificación del Valle de Cuelgamuros porque el lugar no es accesible por transporte público. Y añade: «Todo esto de querer hacer una cosa simbólica… pero si el lugar está lleno de simbolismo, no necesita simbolizar nada más. Lo que necesita es explicarlo». En este sentido revela la existencia de algunos símbolos que pasan desapercibidos como el grupo de fascista brazo en alto que aparece en una parte de la cúpula de la basílica o el cepillo en el que se recogen donaciones que tiene una inscripción en el idioma de los tres ejércitos vencedores. Silva enfatiza: «Lo que hay que hacer es que el Valle deje der ser invisible para quien lo visita».

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