Grupos constructores españoles como Acciona, Ferrovial, FCC o Sacyr controlan el negocio mundial de las infraestructuras de desalación de agua y cada día consiguen más contratos para construir plantas en todo el mundo. De hecho, nuestro país se ha convertido en la primera potencia global, segun el ICEX, este sector. (Foto: Flickr/Greenpeace)

España fue el país pionero en Europa en construir desaladoras. Fue en Lanzarote en 1964. Hoy, especialmente tras el ambicioso plan de desaladoras puesto en marcha por José Luis Rodríguez Zapatero, España es el cuarto país del mundo en capacidad de desalación instalada, con unos 3 millones de metros cúbicos por día.

El 97,5% de toda el agua existente en la Tierra es de mar. La desalación es una de las posibilidades que puede convertirla en útil para el consumo humano. El crecimiento de la población, el desarrollo industrial, la polución de los recursos hídricos y el cambio climático, entre otros factores, han hecho que la técnica este ganando adeptos en todo el planeta. Segun la International Desalination Association y Global Water Intelligence la capacidad de desalinización ha crecido un 57% en los últimos cinco años, de 47,6 a 78,4 millones de metros cúbicos/día, suficiente para dar servicio a 300 millones de personas.

La desaldora de Acciona en Beckton (Reino Unido)
(Foto: Flickr/Acciona)

Y las empresas españolas están aprovechando para exportar su experiencia. ??No es solo que España sea la primera potencia del mundo en desalación, es que nuestras empresas están en los primeros puestos del sector y construyen y gestionan las instalaciones desaladoras más grandes del mundo?, dice Antonio Dorado, consejero delegado de Sadyt, filial de agua de Sacyr-Vallehermoso, con plantas en Chile o Australia.

Sadyt, filial de agua de Sacyr-Vallehermoso, ha logrado ‘megacontratos’ en los cinco continentes, desde Egipto hasta California, pasando por Chile, Australia o Israel, donde la compañía ganó un contrato en 2009 para construir una planta con capacidad para 270.000 metros cúbicos diarios.

Acciona Agua, líder mundial en desalación por ósmosis inversa, construye plantas cada vez más grandes, como la de Bekton, en Londres (150.000 metros cúbicos/día), o la de Adelaida, en Australia (300.000 metros cúbicos/ día), una de las más grandes del mundo, con 1.400 millones de euros de inversión. El 47% de su capacidad instalada (70 plantas) está fuera de España, localizada en Argelia, Arabia Saudí, Venezuela, Italia, Perú, Chile, Estados Unidos o Reino Unido.

Cadagua, del grupo Ferrovial, tiene plantas en Marruecos, Chile o Emiratos Árabes Unidos, mientras que Aqualia, la división de FCC, ha construido dos instalaciones en Argelia y tiene una capacidad total de 300.000 metros cúbicos/día. Y además de las constructoras hay una empresa de ingenieria, la madrileña Ecoagua, que se ha revelado como una de las más exitosas con decenas de contratos en Chile, Ghana, Arabia Saudí, Argelia, el emirato de Abu Dabi, Brasil y los estados de California y Massachusetts (EE UU).

La omnipresencia de las compañías españolas en el sector es tal, que en un concurso para una desaladora en Omán (191.000 metros cúbicos/día), cinco de los siete consorcios que se presentaron eran de nuestro país.

Las empresas españolas también están siendo pioneras en utilizar energías renovables para las plantas desaladoras. La de Acciona en Londres por ejemplo destaca por el uso de energías renovables y la reutilización del 85% de la energía consumida en la desalación. Y España es también lider en desalación solar térmica.

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[Video del proyecto de la desaladora de Adelaida]

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