En 2014 y aún en plena crisis, la deuda pública española alcanzó el 100,4% del PIB, convirtiéndonos en uno de los estados más endeudados del mundo. Cinco años después, la economía ha crecido un 15%, pero la deuda apenas se ha reducido tres puntos, hasta el 97,5% del PIB en el primer trimestre del año, y ha superado ya la barrera del billón de euros. A nivel continental, España aún está lejos de Francia e Italia, que tienen el dudoso honor de ser los más endeudados del Continente, pero sí que es uno de los países europeos que menos deuda ha recortado en relación a su crecimiento económico.

(Foto: Flickr/Fotero)

En este 2019, la deuda pública española alcanzó en el priemr trimestre los 1,2 billones de euros, según datos de Eurostat. El incremento ha sido de 27.000 millones en tres meses y de 39.000 en un año. España sin embargo no es de los países que peor desempeño ha tenido en este terreno a nivel europeo. La deuda de Francia, por ejemplo, alcanzó los 2.358.897 millones y superó por primera vez a la de Italia que fue de 2.358.537 millones. Aunque en porcentaje con respecto al PIB la economía transalpina sigue claramente por delante 134% frente al 99,7% galo.

Los datos de deuda pública de la eurozona del primer trimestre de 2019 arrojan además datos no muy optimistas, ya que por primera vez se ha alcanzado un importe récord de 10,010 billones de euros. El porcentaje medio con respecto al PIB es del 85,9% aunque conviven países como Grecia, Italia o Portugal con un 181%, 134% y 123% respectivamente, con otros como Estonia o Luxemburgo que registran un 8,1% y 21,3%.

En este contexto las cifras de España, con ligeros incrementos, no destacan significativamente, pero sí hay un aspecto que llama la atención  y que pone de relieve artículo de Marian Estévez en Eldiario.es: es uno de los países europeos que menos deuda ha recortado en relación a su crecimiento económico. Eurostat fijaba el rat9io de deuda española en el primer trimestre de 2019 en un 98,7%, aunque un informe de la Autoridad Fiscal de mayo lo sitúa en el 97, 5% y prevé que a final de año se quede en un 96,1%. Con un crecimiento económico acumulado del 15% en cinco años, el ritmo de reducción de deuda pública no parece muy alto.

Según la AIReF para poder reducirla es necesario que un país obtenga superávit primario, es decir, que antes de pagar los intereses de la deuda los ingresos sean mayores a los gastos. Algo que se prevé que suceda en este año. Pero además el crecimiento del PIB debe ser mayor que el tipo de interés medio de la deuda, algo que también ha sucedio con los tipos bajos recientes, pero que podría cambiar.

Pero aunque el ritmo de reducción de deuda pueda parecer lento, algunos economistas, como Carlos Sánchez Mato, advierten de que España está condicionada por las necesidades sociales no cubiertas. Durante la crisis, el rescata bancario, combinado con el desplome de los ingresos y el aumento de gasto social como subsidios de desempleo y otros, dispararon la deuda pública española.

Los objetivos de déficit marcados a España desde Bruselas también han contribuido al lento ritmo de reducción de deuda. Y además se advierte de que esta podría dispararse a partir de 2030, cuando se jubile la generación del «baby boom», los nacidos entre los años 60 y 79, haciendo crecer de forma muy importante el número de pensionistas.

 

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