La decisión del juez Llarena del Tribunal Supremo de no pedir la detención del ex presidente catalán en Dinamarca es ampliamente analizada y valorada en la red por periodistas, abogados, jueces y corresponsales extranjeros. Y la gran mayoría señala que los argumetos empleados en el auto para justificar la decisión parecen tener más motivaciones políticas que jurídicas. En concreto aunque algunos señalan que Llarena pudiera tener razón en su interpretación de  las intenciones de Carles Puigdemont, su razonamiento es «especulativo» y difícil de entender en un juez. Hay algunos análisis que señalan incluso que es un golpe para el proceso penal español, que ha convertido al ex presidente catalán en «prófugo político»  y plegado un mecanismo de cooperación judicial a interese extrajudiciales.

Mathieu de Taillac, de Le Figaro: «Sobre el fondo del asunto, puede que el juez tenga razón. ¿Como explicar si no que Puigdemont anuncie su salida desde el viernes y prevea quedarse 2 días? Sobre la forma, meterse en la cabeza de Puigdemont es especulativo. Aunque también se hubiera criticado que emitiera y retirara una Euroorden cada 4 días.»

Fran Olivo, de La Stampa: «Resumiendo: el Juez Llarena no pide el arresto de Puigdemont en Dinamarca para no darle una excusa por la ausencia en el parlamento catalán. Dicho asi, me parece una motivación política y no jurídica.»

Omero Ciai, de La Repubblica: «Un amigo inteligente me hace notar que las consideraciones del juez Llarena para no reactivar la orden de arresto son políticas y no judiciales… impropio de un juez.»

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