El país vive ahora mismo inmerso en una crisis política de consecuencias impresivibles. Sigue el estado de excepción, tras el autogolpe de estado de Pervez Musharraf, que dirige desde 1999 la dictadura militar de Pakistán. Esto no le ha impedido ser firme aliado de EEUU en la guerra contra el terrorismo, pero ahora está amenazado internamente. Las dos principales figuras de la oposición, Nawaz Sharif y Benazir Bhutto, han vuelto del exilio y han presentado su candidatura a dirigir el país.

ACTUALIZACI?N: Musharraf acaba de anunciar que renunciará a su cargo de jefe militar y se convertirá en presidente civil de Pakistan.

Con todo la batalla más complicada para el país se libra en el norte, en la controvertida Provincia de la frontera del nor-oeste que limita con Afganistán. Allí la radicalización islámica mezclada con el tribalismo han creado lo que algunos llaman la talibanización del país. Y allí está también el pequeño pueblo de Darra donde se encuentra el mayor mercado ilegal de armas de Pakistán.

El lugar ya ha había sido fotografiado en varias ocasiones, pero ahora un equipo independiente ha grabado también en video esta especie de bazar de armamento casero, donde a un precio irrisorio se pueden adquirir copias de Kalashnikov o bazookas.

Uno de los entrevistados define así el credo de los habitantes de Darra: «muchos hijos y muchas armas». Por eso todos, desde los niños hasta los ancianos, fabrican con sus propias manos unas 1.000 armas diarias. Estas se venden luego en el mercado ilegal y son desde hace décadas, el principal «suministrador» de armamento para las tribus que luchan en Afganistán.

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