Hace falta más «sangre fría» en Cataluña porque el conflicto es de naturaleza política, pero los nacionalistas de ambos lados prefieren explotar los enfrentamiento para obtener réditos. Es el panorama que dibuja una columna en el diario británico que firma Carlos Delclós y que repasa la radicalización de las protestas en Cataluña y de las posturas políticas. Advierte que a lo largo de la crisis territorial ya ha desbordado a los políticos españoles y catalanes e incluso empieza a hacerlo también a las organizaciones civiles y se está erosionando la fe en los valores democráticos. Y aunque señala que el contexto del 10N «garantiza» que los partidos vayan a seguir intentando «retorcer» el relato en su beneficio, lo que se necesita en Cataluña es que prevalezcan las «cabezas de sangre fría».

Otro medio francés, Le Progrés, critica el «diario de sordos» en Cataluña y denuncia que la proximidad de las elecciones que azuza la competencia entre los partidos en Cataluña y en el conjunto de España, bloquea cualquier diálogo.

The Guardian repasa las escenas de enfrentamientos violentos en las calles de Cataluña tras la sentencia y señala que son «algo nuevo» dentro del movimiento independentista catalán, pero no eran «impredecibles». Sostiene que aunque la crisis territorial es constitucional y política y podría haberse derivado en un debate público sobre qué instituciones gestionan mejor pensiones, sanidad, paro, etc., la «derecha independentista ha evitado este marco», en parte por las medidas de austeridad y ha optado «por un nacionalismo de doble sentidos y un discurso de superioridad moral». Añade que por su parte los nacionalistas españoles se han mostrado encantado de responder «en términos patrioteros» y llevando el conflicto a los tribunales, lo que les ayudó a reforzar la idea de que es un conflicto sobre pertenencia nacional.

La tribuna señala que la «previsibilidad» de la reacción en la calle también deja en evidencia a Pedro Sánchez y su rechazo a formar un gobierno con Podemos, que puede interpretarse como que «su prioridad es formar una colación con un partido conservador para responder al malestar en Cataluña». Pero advierte de que lo más preocupantes es que la crisis ya ha desbordado tanto a la clase política española como catalana y se escapa también del control de las organizaciones civiles, ya que muchos sienten «una profunda falta esperanza en sus líderes y la actual democracia». Denuncia que en el contexto del 10N, la mayoría de los partidos seguirá «retorciendo su propio relato épico, exagerando aspectos y silenciando otros, en su propio interés». Pero advierte de que si se quiere una paz social y expandir, no reducir las libertades democráticas, las «cabezas con sangre fría» deben prevalecer en Cataluña.

The Guardian es un diario británico fundado en 1821 y conocido hasta 1959 como The Manchester Guardian. Su línea editorial es de centro izquierda. Es propiedad del Guardian Media Group, que también edita The Observer, controlado hasta 2008 por The Scott Trust, una fundación sin ánimo de lucro centrada en mantener la independencia del diario. Ahora pertenece a The Scott Trust Limited, una compañía que ya no es una fundación, pero mantiene los mismos preceptos. Fue el diario que destapó el escándalo de las escuchas telefónicas en Reino Unido que provocó el cierre del tabloide News of the world. Y en 2014 obtuvo un premio Pulitzer por su cobertura del caso Snowden. En agosto de 2018 su circulacion era de 134.943 ejemplares, la 4ª entre los grandes diarios, pero su website es el 2º más popular del Reino Unido, solo por detrás del Daily Mail.

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