Es al menos lo que aconseja un estudio del Real Instituto Elcano que analiza el papel que España puede y debe jugar en los organismos de gobernanza global, cuál es nuestra posición actual relativa en el mundo y cuál debería ser el modelo a seguir para aumentar la influencia española. Entre las conclusiones destaca que España no debería pelear por integrarse en el G8 -como pretendió Aznar-, ni tampoco en el G20 actual. Sino que lo más conveniente sería abogar por un nuevo foro G24, en el que entraríamos con plaza fija, junto a Holanda y otros dos país asiáticos y que también acogiera a instituciones y a zonas infrarrepresentadas.

Zapatero en el G20 de Londres
(Foto: Flickr/London Summit)

El estudio que viene firmado por el conjunto del Instituto, analiza primero el peso económico y la influencia real que los datos e indicadores otorgan a España. Luego recomienda definir el modelo que se quiere seguir. Las opciones son un país con ambiciones exteriores que moldee la política mundial, un estado tipo nórdico con poder «blando» o una potencia media regional con proyección global. Este tercer modelo es el que recomienda el estudio.

«España se sitúa aproximadamente entre las posiciones 12º y 30º en los rankings que miden los valores relativos de riqueza, calidad de vida y libertad económica o política (actualmente existen cerca de 200 Estados soberanos y sólo le superan 10 Estados si restringimos esas clasificaciones a países con más de 10 millones de habitantes), en los indicadores que miden la capacidad socio-económica mundial en términos absolutos, España se sitúa entre los muy destacados puestos 6º y 15º», se dice en el estudio. Todo ello hace que nos encontremos en términos globales entre los 10-12 países más importantes del mundo.

En cuanto a la posición internacional a la que debería aspirar España, el estudio repasa  cómo han ido conformándose en los últimos 30 años los foros informales «G» de gobernanza económica internacional, empezando por el G8 que ha ido ampliándose primero al G14 y luego al G20. Sin embargo, existen algunas dudas sobre la legitimidad y representatividad de este último grupo.

 

 

Foto familia G20 Londres
(Foto: Flickr/London Summit)

Por eso el Instituto cree que España debería defender una remodelación de estre G20 para convertirlo en un G24 que incluyera también a tres organizaciones económicas internacionales globales, vinculadas de un modo u otro al sistema de Naciones Unidas -el FMI, el Banco Mundial y la OMC- y permitiendo además la incorporación de otros tres asientos adicionales para amplias zonas mundiales aún infrarrepresentadas. Esto conformaría un G-24 + 3 + 3 o un G30.

Con plaza fija, en este grupo entrarían España y Holanda, y los otros dos puestos estarían ocupados por Iran y Tailandia (otros candidatos podrían ser Pakistan o Egipto). Y para los asientos adicionales que permitirían la presencia de zonas mundiales con economías importantes, pero pequeñas para tener puesto propio, el estudio recomienda uno para el Sudeste Asiático con Malasia, Filipinas, Singapur y Vietnam, otro para Africa, con Nigeria y Argelia y el último para Sudamerica, con Colombia, Venezuela y Chile.

Finalmente el analisis del Instituto Elcano aborda qué puede aportar España en estos foros de gobernanza global y si estamos preparados para esta responsabilidad.

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