La dimisión del presidente valenciano ha hecho subir la temperatura de la blogosfera. En general se considera que Francisco Camps ha hecho ahora lo que tenía que haber hecho antes de las elecciones. Que su adios beneficia a Rajoy a corto plazo, pero no impide que siga planeando sobre el PP las sospechas de financiación ilegal que supone el Caso Gürtel.

Imagen de previsualización de YouTube

Fernando Garea en El patio del Congreso: «Convicto y confeso«. Sostiene: «Finalmente, ha hecho lo que tenía que haber hecho antes de las elecciones: renunciar y dimitir. No se entiende que Rajoy haya permitido que se llegue hasta aquí. Que no fuera capaz de obligarle a no presentarse a las elecciones. El PP hubiera arrasado en Valencia con cualquer otro candidato y por eso no se entiende la estrategia de Rajoy En el camino, el líder del PP se deja jirones de credibilidad».

Ignacio Escolar: «Camps se va, la Gürtel sigue«: «Camps se va, pero la Gürtel sigue ahí. Y lo de menos son esos sobornos, esas decenas de miles de euros en fondo de armario para engrasar la voluntad de la cúpula del PP valenciano y de la Generalitat. La Gürtel no son ??tres trajes?. Son 120 millones de euros en dinero público que presuntamente robó la mayor trama corrupta de la historia de la democracia española».

Anton Losada en Cuaderno de bitácora: «¿Y ahora que Mariano?» Apunta «El circo que acompañaba a Camps y sus declamaciones de prensa puede que haya pasado, pero el dinosaurio y el problema siguen ahí. Gurtel es un problema de imagen y de decencia política. Pero también es un problema de organizativo que puede acabar descosiendo por completo a un partido por grande y fuerte que sea. El líder se juega su credibilidad ante los suyos. Y son los suyos los que gana y pierden elecciones, los que recaudan fondos y los que pegan los carteles en las campañas».

Jose Angel Perez en Mi mesa cojea: «Camps y la banalidad del mal«. Traza un paralelismo con la defensa del nazi Adolf Eichman : «Camps estaba confundido y rabioso. No entendía por qué su partido, al que tanto ha dado, le desprecia ahora. Después de todo, él sólo obedecía órdenes. Siempre hizo lo que le pidieron lo mejor que pudo. Con extrema diligencia. Está convencido de que es inocente, y poco importa lo que determine un tribunal. Ante sus propios ojos, jamás será culpable de nada. El monstruo es la sociedad».

Irene Lozano en  Casi desnunda: «Actuó con cordura cuando se volvió loco«. Apunta: » Si algo ha caracterizado el comportamiento del ex presidente valenciano en relación a su implicación en el caso Gürtel ha sido su irracionalidad. Hasta ayer. Lo paradójico es que haya necesitado enloquecer para tomar una decisión lógica. Viendo la comparecencia íntegra, aprecié algo distinto a las exageraciones y sesgos habituales de los políticos. No era la desvergüenza de otras veces, no se trataba de desfachatez, manipulación o mentira. Era la vesania de un hombre que ha abandonado el planeta de lo real y se ha mudado a sus mentiras».

Arsenio Escolar en Que paren las máquinas: «Los trajes parecen solo la punta del iceberg«. Cree que «Camps ha dimitido hoy, por fin, y lo ha hecho mal. Descoordinado con sus compañeros de caso (dos admiten su culpabilidad por la mañana para evitar el juicio, y Camps no la admite por la tarde y se los lleva a los otros al banquillo) y con muy mal estilo. ¿Y ahora qué? Los trajes le han costado el puesto al presidente de la Generalitat Valenciana, pero parecen solo la punta del iceberg».

Marco Scwhartz en Versión libre: «La dimisión de Camps y el cinismo del PP«. Asegura «Durante dos años, incluso ayer mismo, Rajoy ha defendido a capa y espada a Camps, pese a su imputación penal y su indudable responsabilidad política en la extensión de la trama corrupta en su comunidad. Que desde la dirección del PP se quiera ahora presentar la dimisión del president como un éxito de Rajoy no deja de resultar moralmente cínico, ya que este desenlace ha venido forzado por un giro indeseado del proceso judicial y no por un súbito imperativo ético del líder conservador».

Hugo Martínez Abarca en Quien mucho abarca: «¿Que voto la ciudadanía en valenciana?» Destaca: «No es el caso Camps ni es sólo un caso del País Valencià, Madrid, y las otras comunidades gurteleras. Si lo fuera, la extraordinaria complicidad de Rajoy ya lo convertirían en el caso PP. El caso Gurtel es el caso PP. La financiación ilegal de un partido sirve para hacer política en superioridad de condiciones. La ciudadanía en las urnas no exculpa a nadie de sus delitos».

Esther Jaen en De pixie a dixit: «Las ultimas horas del presidente Camps«. Explica que «el ya ex presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, dimitió ayer de sus cargos, tanto al frente del gobierno autonómico, como de la presidencia del PP en la Comunidad Valenciana. Pero esa renuncia no era su primera intención, sino que fue el fruto de una traición: la que, según fuentes del PP valenciano, cometió el que fuera secretario general del PP en la Comunidad Valenciana, Ricardo Costa».

Albert Medrán en «La huella de Nixon en el discurso de dimisión de Francisco Camps«. Sostiene: «Más de 900 días separan las primeras informaciones sobre los trajes de Camps y su dimisión. Casi 37 años separan la dimisión de Richard Nixon de la de Francisco Camps. Dos figuras marcadas por la corrupción, la lucha por mantenerse en el cargo y la creación de un universo de enemigos paralelo. Y no es lo único que les une.

Roger Senserrich en Materias grises: «El presidente de mentira«. Subraya: «no estaría de mas que en vez de darse palmaditas en la espalda alguien nos explique por qué creen que lo mejor que pueden hacer con un tipo acusado de cohecho (y  repito, no hace falta condena para que algo sea inaceptable políticamente) es prometerle un cargo de responsabilidad después de las elecciones. La dimisión de Camps no es un ejemplo de buena gestión de Rajoy o de responsabilidad de ninguno de los implicados. Es un puro ejercicio de cinismo de políticos que no creen que las instituciones que gestionan o se toman a los votantes en serio.

Juanjo Ibañez: «Camps dimite«. Dice: «Sí. Lo hace tarde. Muchos meses tarde. Pero dimite. Quizás alguien en Génova esté muy feliz hoy por eso. Pero no debería. Primero, porque la primera pregunta que se me viene a la cabeza es si nadie se responsabiliza de haber colocado como cabeza de cartel a una persona en una situación jurídica tan complicada. En segundo lugar por el propio Rajoy, quien anunció aquéllo de ??por delante, a tu lado o detrás de ti, Paco??.»

Print Friendly, PDF & Email