La crisis desatada en el PP por la salida Álvarez Cascos del partido sigue generando muchos comentarios en la blogosfera. Se reflexiona especialmente sobre las consecuencias que la fractura puede traer para los populares y muchos coinciden en considerar que el caso también remarca «el estilo pasivo de Rajoy» para solucionar problemas y que plantea dudas sobre si es una alternativa de gobierno consistente.

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Ignacio Escolar comenta que «el largo tiempo que paso Rajoy sin actuar no sólo no solucionó este problema sino que lo agravó, por eso ahora estalla de la forma más virulenta posible. Es lo mismo que sucedió con Gallardón y las listas al Congreso de 2008; con Ric Costa; con Bárcenas; con la Gürtel; con Ignacio González y Caja Madrid?»

Juan Carlos Escudier recoge en Tierra de nadie que «la exclusión de Cascos de los carteles electorales del PP en Asturias es una consecuencia más del entierro ordenado del aznarismo que Rajoy lleva oficiando en el partido con esa pereza suya que algunos llaman prudencia.»

Hugo Martínez Abarca considera que la crisis deja en evidencia al PP como alternativa: «Rajoy nunca hace nada. Aplaza toda decisión hasta que es imposible evitar decir algo, hacer algo. Tumbarse en el sofá no es sólo su estrategia de oposición: es también su forma de gobernar. Si sólo critican del PSOE la lentitud en la toma de decisiones, se diría que también en eso coinciden hoy.

Arsenio Escolar recoge en Que paren las máquinas un analisis de Cascos como «aliado del PSOE» y la posibilidad de que en las elecciones generales de 2012 le robe al PP votos significativos: «no creo que la sangre llegue hasta ese río. No creo que Aznar y los sanedrines ideológicos, económicos y sociales conservadores toleren que un ex número 2 del PP rompa la derecha en dos y frustre la ansiada vuelta a la Moncloa.

David Santos reflexiona en Trece rosas sobre la posibilidad de que Cascos fuerze una rotura del partido entre conservadores y liberales: «la derecha tiene y debe dividirse… porque el concepto que entendemos por «la derecha» tiene un espectro de actuación tan amplio que no es posible que convivan juntos bajo unas mismas siglas mucho más tiempo.»

José Cavero en su blog comenta que la crisis esta replanteando la ??cuestión carácter de Rajoy, el hombre al que parece que le cuesta afrontar los problemas, y que prefiere que se resuelvan ellos solos, a ser posible sin su intervención». Cree que el caso Cascos «no hundirá» al lider del PP pero está lejos de haber concluido y terminará forzándoles a intervenir.

Francisco Pineda analiza en su blog que si Cascos crea una nueva formación podría hacer mella al electorado más extremo: «Ello haría que la potencia popular disminuyera un poco en su carrera hacia la Moncloa, aunque realmente no signifique una bajada significativa.  No sería iluso pensar que la jugada haya estado promovida y provocada desde la propia ejecutiva del Partido Popular, pues así de una vez se desmarca del lastre extremista y se presenta a la sociedad como un partido centrado.»

Rafael Morera habla en su blog Mojo con morera de un posible «efecto imitación» en otras Comunidades Autónomas: «me dicen desde Valencia que Francisco Camps le ha dicho a Mariano Rajoy que a ver cuando le confirma como candidato a la presidencia de la Comunidad Valenciana, porque en caso contrario le ha dicho a su jefe nacional que está dispuesto a seguir el ejemplo de su admirado Cascos.»

José García Palacios cree en Occidente a la deriva que «la decisión de Rajoy demuestra la incapacidad del presidente del PP para ser una alternativa convincente de gobierno. Su miedo constante a meter la pata le lleva a dudar siempre de todo lo que podría decir, y de esta forma no dice nunca nada. No se atreve a dar su apoyo a  candidatos más decididos que él, y eso es un mal presagio de lo que va a ser el gobierno presidido por Rajoy: ministros sin personalidad, sin garra, sin coraje para tomar decisiones. «

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