La presentación de los estatutos de Sortu, la nueva marca política de la izquierda abertzale ha provocado un gran revuelo en la blogosfera. Pero en general se defiende que Sortu ha hecho lo que le pedía la Ley de Partidos y que si los jueces establecen que cumple la legislación, no debe ser ilegalizada. El blogger Ramón Cotarelo defiende en radiocable.com que Batasuna «ha pasado por el aro» democrático.

Ramon Cotarelo

Para Ramón Cotarelo, la decisión de la izquierda abertzale «no tiene precedentes y es de gran importancia porque significa pasar por el aro y reconocer la legalidad democrática existente en España». Cree que Sortu está dispuesta a hacer «todo lo que se les exija desde los tribunales, no desde la demagogia política» y por tanto «habrá que admitirlos en las elecciones sin que ETA no haya desaparecido».

Considera que «no es de recibo» establecer nuevos requisitos como pide la derecha más allá de los que marca la Ley de Partidos. Y cree que Batasuna estrategicamente sigue teniendo el mismo objetivo: la independencia pero «tacticamente ha dado un giro de 180º. Y unos señores que cumplen la ley están en posesión de todos sus derechos y no se les puede menoscabar».

En la red otros blogs analizan los estatutos del nuevo partido de la izquierda abertzale y su posible ilegalización

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Manuel Rico apunta sobre la «credibilidad» de la izquierda abertzale que «ese argumento es válido para que el Gobierno se niegue a establecer cualquier tipo de diálogo con ETA. Pero no sirve a la hora de juzgar sobre la posible ilegalización del nuevo partido, porque en este caso estamos ante una decisión de legalidad, no de confianza… Corresponde a la Justicia determinar en qué lado se encuentra la nueva Batasuna, y a los políticos acatar la decisión judicial.»

Ignacio Escolar defiende que los estatutos de Sortu «han ido mucho más allá de lo que se esperaba», pero recuerda que «son los jueces quienes pueden ilegalizar un partido, no el Gobierno o la oposición…Para evitar que los abertzales se presenten, el Gobierno no puede hacer mucho más de lo que ya hace: enviar los estatutos a la Fiscalía y después pedir su ilegalización. Pero será el Supremo y el Constitucional quienes decidan, no Rajoy o Zapatero».

Hugo Martínez Abarca defiende en su blog que no puede haber presunción de intenciones y recuerda que «si ni el gobierno ni la mayoría del Congreso (para la cual es necesario el PSOE) piden la ilegalización de un partido es imposible llevarla a cabo: es una de las aberraciones de la Ley de Partidos. La fiscalía puede actuar, tal como anunció Rubalcaba, sólo si el gobierno hace lo que pide el PP: impugnar el registro del nuevo partido. «.

Isaac Rosa en Trabajar cansa se declara optimista: «será un engaño, será una trampa, pero está tan elaborada, es tan creíble, que yo he picado. Y aunque la derecha política y mediática, y tal vez los jueces, me canten lo de ??inocente, inocente?, pienso picar hasta el final. Con todas las cautelas que quieran pero hay que aprovechar la oportunidad, por si es una de esas inocentadas que crecen tanto que ya no hay manera de desandarlas».

Juan Peña habla en Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid de la «paradoja» que presenta Sortu: «los promotores y defensores de la Ley de Partidos no parecen asumir que están asistiendo al triunfo más rotundo de su estrategia… los socialistas podrían aprovechar el momento para apuntarse un tanto histórico; perderán la ocasión si Sortu, que así se llamará el invento, supera todos los trámites. La izquierda abertzale seguirá vendiéndolo como un triunfo y las bases socialistas y el común de los mortales lo verán como una derrota.

Manolo Saco asegura en Fuego Amigo «tengo la impresión de que habría que retorcer demasiado el derecho para esta vez no dar una oportunidad a la izquierda abertzale. Aunque la presión del terror provenga ahora de la derecha».

Antonio Cartier asegura en su blog que «Batasuna comunicó que rompía con ETA. Por primera vez han hecho lo que no esperábamos, por primera vez han hecho lo que les pedíamos. Cumplirán la ley». Y defiende recuperar el espíritu de la Transición «a veces la historia nos pide mirar solo al futuro, porque demasiadas veces nos hemos destruido ya en el pasado. Porque hay oportunidades que son únicas y porque no se puede predicar con democracia poniendo trabas a los partidos que cumplen la ley».

David Santos en Trece rosas rojas pide «ser cautos». Cree que si la Ley de Partidos «se cumple al 100% ese partido tendrá una legalidad desde el punto de vista jurídico perfecta, que no quiere decir que en un futuro se demuestre lo contrario, algo que ya contempla la Ley y que podrá disolver el partido en cualquier momento (otra cosa serían las actas de concejales, que son personales e intransferibles)».

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