El resultado de las elecciones autonómicas en Galicia y Euskadi ha deparado vuelcos en ambas comunidades. La blogosfera bulle de analisis y comentarios sobre este 1M. Hugo Martínez Abarca autor del blog Quien mucho abarca considera por ejemplo que las izquierdas han sido las grandes derrotadas por ser demasiado acomodaticias en el poder. Cree que el PSdG y BNG han pagado no haber frenado lo suficiente la expansión inmobiliaria y las polémicas con los coches oficiales. Y en Euskadi, piensa que muchos votaron a Aralar en vez de EB, por ver a estos demasiado acomodados a los peores vicios del poder.

Hugo Martinez Abarca

Hugo Martínez Abarca cree que en Euskadi, la gran vencedora en la izquierda ha sido Aralar, aunque también hace notar que Batasuna no ha perdido votos: «Siempre que pide el voto nulo, la izquierda abertzale saca 100.000 votos. Las ilegalizaciones no han debilitado en absoluto a Batasuna». El blogger también considera evidente que tanto Galicia como País Vasco van a tener gobiernos con un apoyo parlamentario más a la derecha y más centralista que en la legislatura anterior.

En la red pueden leerse otras muchas reflexiones y valoraciones de los resultados de las elecciones de este 1 de marzo en Galicia y Euskadi.

Ignacio Escolar reflexiona sobre el puzzle de Euskadi: «Por ocho votos, el PSE tiene ahora mismo más tentaciones de gobernar con el apoyo del PNV, en vez de que con PP y UPyD. Por ocho votos? que pueden cambiar con el voto de los residentes en el extranjero.» Y sobre Galicia considera «La victoria de Feijóo es también la victoria de Mariano Rajoy, que no sólo se jugaba todo en estas elecciones sino que se ha empleado a fondo para ganar. Lo ha hecho por partida doble: en Galicia y en Génova. Y también ha demostrado que no hace falta ser el candidato más valorado para vencer.»

Fernando Garea en El patio del Congreso habla de éxito para Patxi Lopez, que probablemente opte por un gobierno en minoría y estas elecciones permiten a Rajoy que las había convertido en un pebliscito sobre su persona, ahuyentar los fantasmas de la sucesión. Pero tambié hace notar: «Ninguno de los tres partidos nacionalistas de Galeusca, BNG, PNV y CiU, puede estar gobernando en las próximas semanas. Y los tres forman parte del grupo de los posibles socios de Zapatero en el Congreso. Nadie sabe aún cómo afecta a la gobernabilidad»

Cesar Calderón en Netoratón se centra en Euskadi y cree que Patxi Lopez será lehendakari: «La sociedad vasca ha decidido apostar por el cambio. El PSE-EE y Aralar son los dos partidos que más crecen, y el líder socialista presentará su candidatura a la lehendakaritza,  que probablemente contará con el apoyo de los diputados del Partido Popular?.o pactar en condiciones ventajosas con un PNV en crisis de identidad y liderazgo.»

Nacho de la Fuente en su blog La huella digital habla de tarjeta roja directa: «Tanto en Galicia como en el País Vasco ayer hubo un resurgir de los votos no nacionalistas, dejando entrever que en las comunidades históricas muchos gobernados están hasta las narices de la política excluyente, de las imposiciones por real decreto y de que unos pocos se apoderen del discurso de la calle y del sentir patrio. La calle ayer habló y dejó las cosas muy claras. El que no funciona será recambiado por ese pelotón de votantes «indecisos» que quitan y ponen gobiernos. Los mismos que dieron una oportunidad al PSOE y BNG hace cuatro años ayer se la quitaron.»

Arsenio Escolar repasa las lecciones de este 1-M en clave nacional: «Zapatero se ha llevado un revolcón en Galicia. El electorado probablemente le ha dado un aviso muy serio por la crisis económica. Touriño, el presidente saliente de la Xunta, nunca lamentará bastante no haber convocado elecciones en otoño pasado, como le recomendaban algunos asesores. La crisis no les hubiera mordido tanto a los socialistas. Rajoy, que es gallego y se ha empleado a fondo en las elecciones gallegas, logra con el éxito de Feijóo un importante aval a su liderazgo en el PP en Madrid.»

Rafael García Almazan habla de vuelco y de día nefasto para la izquierda transformadora. Y en Euskadi defiende: «Yo no creo que los votantes hayan pedido que el PNV se quede fuera cuando casi ha conseguido el 40% de los votos. El aumento del PSE le da relevancia para poder exigir un cambio. Pues eso, la solución política que yo veo y desde luego la más estable, es que el PSE entre en el gobierno pactando con el PNV y que le exija el cambio necesario. Esa es la alternativa más normal, ya gobernaron en otros tiempos juntos y ahora es el momento de que no se le dé aire a la extrema derecha».

Jessica Fillol, del blog No mires a los ojo de la gente, se declara en contra de que siempre gobierne la lista más votada: «consagraría el bipartidismo y scarficiaría el pluralismo. Ya no tendrían sentido ni los partidos pequeños ni los partidos nacionalistas. Entiendo que haya a quien esto le pueda parecer fantástico, pero toda iniciativa que vaya dirigida a limitar artificialmente la voluntad popular y a restringir el número de posibilidades entre las que elegir, a mí me produce repelús.»

Manuel M. Almeida en Mangas verdes sentencia que corren malos tiempos para los nacionalismos: «Para el PSOE hay un mensaje claro: los nacionalismos no están de moda. Entonces, ¿cómo se manejará un partido que ha sobrevivido en el poder precisamente gracias a las alianzas con formaciones de estas características? Para colmo, el PP sale fuertemente reforzado en unas condiciones a priori claramente desfavorables: cuestionamiento de su líder, casos de corrupción, fractura interna? Zapatero tiene ante sí un interesante rompecabezas.»

Eifonso Lagares en el blog Islas Cíes se fija en que el bipartito gallego ha perdido en 2009, 100.000 votos y el PP ha ganado sólo 3.000.  Y sobre la derrota de Touriño: «permitió que las adjudicaciones eólicas, sabiendo claramente que se incumplían ciertos requisitos, siguiesen hasta el final, dando la sensación una vez más de debilidad ante comportamientos o declaraciones del socio de gobierno, porque una cosa es evitar roces y otra muy distinta tragar con todo. Es el fin del político Emilio Pérez Touriño.» Y sobre Quintana considera que «no supo o no quiso gobernar en democracia por algunas actuaciones que recordaban a tiempos pasados.»

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