El asesinato del empresario Ignacio Uría a manos de la banda terrorista vasca ha provocado un aluvión de reacciones en la blogosfera. La condena es unánime aunque muchos analisis van más lejos y subrayan la paradoja de que además de matar a un ser humano, ETA ha atentado contra el futuro de Euskadi, ese que dice defender, e incluso contra la causa social y ecologista.

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Javier Casal, en su blog defiende la tesis de que la banda terrorista es cada vez más esquizofrénica: «ETA no cree en España pero tampoco cree en el País Vasco o lo que ellos llaman Euskal Herría por mucho que lo repitan en sus zutabes. Hoy ha matado al empresario Ignacio Uría, dueño de una constructora que trabaja en las obras de la Y vasca, un proyecto ferroviario que marcará el futuro de una comunidad y facilitará las comunicaciones de millones de ciudadanos. ¿?»

Ignacio Escolar recuerda que es la tercera vez que ETA atenta contra infraestructuras… en el propio País Vasco: «Ya lo hizo contra la central nuclear de Lemoniz y también contra la autovía de Leizarán. Ambos proyectos sufrieron enormes sobrecostes, complicaciones por el boicot de ETA: Lemoniz nunca llegó a funcionar y Leizarán tuvo que cambiar su trazado. Zapatero ha sido contundente: ??Esa obra se va a hacer??.

Manolo Saco en su blog Fuego Amigo «El asesinato del empresario vasco Ignacio Uría a manos de ETA es toda una metáfora de la degradación intelectual y la sinrazón de la banda terrorista. La empresa de la que era socio la víctima forma parte del entramado empresarial que está construyendo el tren de alta velocidad en Euskadi, uno de los símbolos del progreso y el elemento vertebrador por excelencia para la comunicación entre territorios. El ultra nacionalismo paleto de boina calada hasta los ojos y las orejas, para no ver ni oír, ha tomado por peligroso enemigo cualquier iniciativa que favorezca el intercambio de culturas.»

Javier Ortiz en El dedo en la llaga apunta a que ETA ha matado también una causa social como la oposición al proyecto ferroviario: «Va a causar un importante destrozo medioambiental en todo su recorrido para acabar beneficiando casi en exclusiva a las gentes pudientes de las tres capitales, que son, precisamente, a las que menos perjuicio causará el tinglado.[…] ¿cómo seguir polemizando civilizadamente sobre el asunto, cómo discutirlo racionalmente, cómo conseguir que la oposición sensata a ese AVE no se confunda con la barbarie de estos seudoecologistas de tiro en la frente?»

Y en los comentarios del blog de Ortiz alguien ha dejado esta reflexión: «como ecologista, denuncio la actitud de ETA. El asesinato es siempre una reproducción de los valores del capitalismo. Es muy duro estar en permanente lucha contra el estado, las multinacionales y los diferentes gobiernos locales, practicando la desobediencia civil, intentando que la mayor canidad de gente entienda los motivos y se una a esa lucha que nos beneficia a tod@s, para que con un asesinato lo manden todo a la mierda»

Felix Soria, en Impulso, por su parte critica lo que considera una «sobre-reacción» política: «El problema de fondo no es que los dogmas etarras sean creíbles ni que gocen de sólidos apoyos sociales –cosa que ya no es así–, el problema es que la mayoría de la clase política dirigente de las Españas se comporta como si fuera intelectualmente corta, acusa confusiones inexplicables y, en algunos casos, sigue empeñada en utilizar a ETA y, con este fin, exagera el alcance real de sus acciones.»

Daniel Tercero reflexiona sobre la reacción de los vecinos de Azpeitia:  «Las cuadrillas actuaron ayer con total impunidad. El Mundo lo trae hoy en portada, unos actuaron en la calle, con su estilo, el de los asesinos; y otros  lo hicieron algo más reconfortados por la calefacción, los puros y, quizás, el pacharán que acompañan a las partidas de tute. Ni cinco minutos y Uría -20 años sin ceder al chantaje de ETA- ya tenía sustituto: algo debe cambiar para que siga todo igual.»

ACTUALIZACI?N

Luis Solana considera que una vez más los terroristas se han retratado: «Todo ese horror lo hacen para que no se construya el tren de alta velocidad hasta Euskadi. ¿Se puede pensar en algo tan retrógrado como matar para impedir el progreso del siglo XXI? Si alguien tenía alguna dudas de que ETA es un movimiento reaccionario, hoy tiene la mejor prueba. Mira por donde, este asesinato me hace pensar que los etarras son ya igual que las FARC colombianas: un negocio del crimen cubierto por una bandera. Allí la colombiana, aquí la vasca. Pero al final un negocio.»

Jose A. Perez en su blog Mi mesa cojea ironiza de forma demoledora sobre los ideales terroristas: «Altua y Uria tiene adjudicadas algunas de las obras del Tren de Alta Velocidad, el mismo tren con el que los fascistas pretenden comunicar las capitales de Euskal Herria con su pestilente Madrid. El mismo tren que horada nuestras montañas, que sepulta nuestra hierba, que emborrona nuestro paisaje milenario con manchas de progreso estéril. […] Y seguiremos en la lucha. Hasta que no quede ningún fascista en Euskal Herria. Hasta que no quede huella alguna de progreso. Hasta que reconquistemos la pureza de nuestros montes y nuestro mar. Hasta que nadie piense de manera distinta a nosotros. Hasta que nadie piense. Hasta que nadie»

Hugo Martinez Abarca reflexiona sobre la lógica terrorista: «En la historia reciente, ETA sólo ha conseguido dos objetivos con sus asesinatos: parar Lemoniz y desviar Leizarán. Mandando al carajo la movilización social, sí […] Da la impresión de que ETA necesita hacer saber a los suyos que no están inmersos en un callejón sin salida en el que sólo pueden generar muerte, sino que su macabro devenir puede acarrear también alguna conquista como aquellas de Lemoniz y Leizarán. Si consiguen detener la ??Y vasca?? entenderán justificada su existencia. Podrán explicar que sí, que las armas consiguen algunos de sus objetivos, desmintiendo la evidencia.»

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