El respaldo casi inquebrantable que siempre se ha dado a  Israel desde EEUU se debe en buena parte al compromiso de la élite judío americana y el consiguiente lobby. Pero este apoyo podría estar en riesgo, según el periodista judío Peter Beinart, debido al cambio generacional que se avecina.

En una tesis, de la que se ha hecho eco el blog Obama World, sostiene que los jóvenes judíos norteamericanos no se muestran tan identificados con la causa de Israel como sus mayores, debido a la forma de actuar del gobierno de Tel Aviv en los últimos 30 años.

Manifestacion de judios contra la politica de Israel
(Foto: Flickr/Franco Folini)

Otro artículo del diario israelí Haaretz reflexiona sobre este mismo tema y habla de desengaño en la «historia de amor» entre los jóvenes judíos americanos y el sueño sionista por un exceso de utopía. Y medios de EEUU como The Atlantic han abierto el debate sobre el posible «abandono» de Israel.

En el ensayo publicado en el New York Review of Books, Beinart explica que la mayor parte de la actual élite judía de EEUU creció con la situación de Israel de los años 50, 60 y 70, cuando todo era cuestión de suprevivencia. De entonces datan los ataques que motivaron la Guerra de los Seis Días o la de Yom Kippur.

Pero a partir de 1982, la situación empieza a cambiar. Desde las matanzas de Sabra y Chatila en el Libano, los judíos americanos perciben de diferente forma las acciones del gobierno de Israel. Ya no son vistos como la única democracia en la región rodeada de enemigos que niegan su derecho a existir y que debe defenderse sino que son un actor con un gran poder en Oriente Medio, que lleva a cabo políticas agresivas: la construcción de asentamientos, la posibilidad de arrebatar la ciudadanía a los árabes israelíes, el denigrante trato a los palestinos, las operaciones de castigo….

Beinart cita un estudio llevado a cabo entre universitarios judíos de EEUU en 2003. Pretendían averiguar por qué los jóvenes no eran tan activos como sus mayores a la hora de defender a Israel de las críticas que le formulaban en los campus. Frank Luntz un consultor político republicano reunió a grupos de estudiantes judíos para hablar de su compromiso religioso y su conexión con Israel. Y se dio cuenta de que estos ya mostraban su distanciamiento al referirse a la situación como de «ellos» en vez del habitual hasta entonces «nosotros».

Luntz también averiguó que la nueva generación de judíos norteamericanos considera legítimo criticar la posición de Israel y defienden la necesidad de establecer un debate abierto y franco. Además los jóvenes mostraban «desesperadamente» deseos de paz y una mayor comprensión hacia el sufrimiento de la población palestina, distanciándose de los estereotipos que los señalan como violentos y llenos de odio.

Otros estudios indican una tendencia similar en EEUU, los judíos no ortodoxos se sienten mucho menos comprometidos con Israel que sus padres, y mucho no profesan ningun tipo de pensamientos positivos hacia el Estado hebreo. Por tanto el apoyo incondicional a Israel viene sobre todo de las familias de judíos ortodoxos y se corre el riesgo de que este colectivo sea el único sustento incondicional desde EEUU de la causa israelí.

Por ello ya hay quien se pregunta si todo esto, unido a algunas consideraciones demográficas,  puede terminar provocando que la actual generación de judíos americanos abandone a Israel, sobre todo si no se abre un debate profundo sobre los errores del Estado hebreo.

Pnacarta de judíos contra Israel
(Foto: Flickr/O-Spice)

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