El sistema judicial español ya vivía al borde del colapso antes del coronavirus, pero ahora los temores ante un posible caos en la etapa post pandemia ha sido incluso puesto de relieve por el New York Times. En este contexto, las vistas virtuales, que empezaron a usarse de forma más amplia durante la cuarentena, están apareciendo como alternativa, especialmente para procedimientos sencillos.

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Los juicios por vías telemáticas todavía son minoritarias, pero según explica un artículo de Elena Herrera en ElDiario.es pueden acelerar la resolución de los procedimientos sencillos que saturan juzgados y tribunales. Y en concreto detalla un proceso reciente celebrado en Elche desarrollado a través de la aplicación de videoconferencias WebEx en la que los letrados y las jueza comparecieron desde sus despachos y el juicio quedó visto para sentencia en 10 minutos. Y destaca que en esa misma mañana la magistrada del tribunal tenía programadas otras doce vistas virtuales.

Se trata de una soluciones imaginativas que surgió durante el confinamiento para mantener un mínimo de actividad judicial y que ahora emerge como solución para ayudar a los juzgados a reducir la carga pendiente y afrontar mejor la avalancha de nuevos casos que se prevé tras la desescalada. El Ministerio de Justicia pretende de hecho, que la solución digital sea clave en en esta etapa, aunque la medida tiene tanto partidarios como detractores.

Los primeros enfatizan que puede contribuir a agilizar la resolución de procedimientos sencillos al tiempo que se evita el trasiego de profesionales en los juzgados y tribunales y se restringen desplazamientos. Los críticos señalan en cambio que faltan recursos técnicos y formación y expresan sus dudas sobre que sea posible mantener todas las garantías en las vistas online. En este sentido se reclama la necesidad de una legislación que aborde la cuestión

Los delitos graves están excluidos de los juicios telemáticos y esta herramienta tampoco se contempla para algunos grandes casos mediáticos, pero se trata de una solución que puede contribuir a  «agilizar» el sistema judicial y «descolapsarlo», porque además según destacan algunos de los participantes «aumenta la productividad» en estos procesos. Aunque quizá el reto mayor para profundizar en la vía telemática, sea el desfase tecnológico que arrastra la Justicia en España. Quizá la pandemia sea la chispa que impulse un cambio en este terreno.

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