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Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «La clave es la impavidez, tener mucha cara, no inmutarse. La sociedad está amorcillada por la prosperidad y está paralizada por el miedo a las sombras que se ven en el horizonte. Y está sin pulso. La gran crisis económica mundial que en los primeros minutos amagó un leve debate sobre modelos, nos ha permitido comprobar esta narcotización social. No se han depurado responsabilidades. Es como si nos hubieran atacado los marcianos.

Por todo el mundo se pasean orondos e impunes los que nos llevaron al desastre económico. Y se están buscando vías de salida por los mismos conductos que nos llevaron a la hecatombe. Unos cuantos retoques cosméticos y a jugar … y con los mismos jugadores.

Los grandes tiburones no pueden dar crédito a su buena suerte.  Siguen donde estaban y van a poder depredar en las mismas aguas apenas limitadas por un par de zonas acotadas.

El liberalismo descarnado ya hace ejercicios de calentamiento a la banda. Abandonó un ratito el campo para ser sustituido por el Estado pero nadie le discute su titularidad aunque su juego se haya revelado nefasto para el equipo.  En fin, también es cierto que ninguna persona se está ocultando abochornada por lo que hizo: la sociedad ya no tiene uñas se le ha olvidado gritar.

Así que vivimos en el paraíso de los descarados, de los  sinvergüenzas, sin vergüenza, y de la gran impunidad. Hay que quedarse quieto como Don Tancredo y esperar a que pase el toro.

Y lo que vale para Wall Street o los grandes saqueadores internacionales  lo vemos igualmente en casa y el ejemplo superlativo es Federico Trillo. Vean: a la misma hora en la que en la Audiencia Nacional los familiares de las víctimas del Yak-42 desgranaban un relato terrible de engaños de entierros e incineraciones equivocadas, él, Trillo, estaba en el Congreso, ¿y que estaba haciendo? Estaba exigiendo al nuevo Ministro de Justicia, claridad, precisión y datos que además adornaba con los versos de León Felipe. Decía: «no me cuente cuentos, me han dormido con todos los cuentos. Llámese todos los cuentos» Eso decía, en serio. Trillo o la desfachatez. Trillo paradigma del hombre de hoy…

Las aperturas del informativo de Iñaki Gabilondo, cada día

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