Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «Estamos completamente de acuerdo con lo que hoy escribe en su editorial el diario «Gara», órgano extraoficial de la izquierda abertzale. Dice esto: «es necesario que los representantes políticos -y otros agentes sociales- asuman riesgos, rompan inercias y apuesten por un auténtico cambio. El conflicto no se resuelve esperando». Coincidimos, solo que, desde nuestro punto de vista, es ella, la izquierda abertzale, la que tiene que hacerlo.

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Ella tiene la llave. Desde luego, asumiendo el riesgo de rechazar a ETA, rompiendo la inercia de su disciplina militar a los mandatos de ETA, apostando por el verdadero cambio que significaría su rebelión civil. «Gara» critica a quienes lo único que esperan es la desaparición de ETA, porque la izquierda abertzale, y no sólo ella, se refiere a ETA como una consecuencia del conflicto; que, por tanto, solo podrá desaparecer cuando desaparezca el conflicto. Cualquier otra cosa, dicen, es simplificar. Este punto de vista ha penetrado profundamente en grandes sectores de la sociedad vasca. Es una prueba palmaria de ceguera y envilecimiento moral. Porque establecer esa relación causa-efecto es indecente y retrógrado. Es como si justificáramos la violencia contra las mujeres mientras existan los conflictos de pareja, o como si aceptáramos la tortura hasta que no desapareciera el terrorismo. O fuéramos partidarios de la pena de muerte mientras haya criminales. El fin de ETA, y de todo el catálogo de violencias, extorsiones, chantajes, agresiones y amenazas que sus seguidores amparan ha de ser decretado por la sociedad civil como una premisa. Y arrumbarla en el sótano de la historia, junto a los escombros de otras barbaries. Los demás problemas, porque es verdad que hay otros, han de ser abordados con las herramientas de la política. Una cosa más: Euskadi no tendrá verdadero futuro si es la policía quien acaba con ETA. Sólo lo tendrá si es la propia sociedad quien la derrota.»

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